Los restos de Isabel II, la monarca más longeva del Reino Unido de Gran Bretaña, salieron ayer del castillo de Balmoral, en Escocia, donde falleció el jueves pasado a los 96 años, y recorrieron varias localidades hasta llegar a Edimburgo, en el inicio de un cortejo que permitirá a los británicos y visitantes despedirse de su reina.

El cortejo fúnebre realizó su primer viaje tras partir de Balmoral. Una multitud acompañó la llegada de los restos al Palacio de Holyrood de Edimburgo, Escocia. Es la primera escala de su despedida.

Tal como estaba previsto, la comitiva de siete vehículos llegó unas seis horas más tarde al Palacio de Holyrood, en Edimburgo, tras recorrer 281 kilómetros en una ruta de abundante verde, con postas en las localidades de Aberdeenshire, Aberdeen, Angus y Tayside.

Los restos fueron recibidos en el palacio por los nietos de la reina fallecida.

En Edimburgo, las veredas del recorrido fueron protegidas con vallas para que ciudadanos y visitantes pudieran ver pasar el cortejo.

Una guardia de honor trasladó el féretro al Salón del Trono del palacio, donde estaba programado que pasara la noche. El Palacio de Holyrood es la residencia oficial de los reyes en Escocia, una de las cuatro naciones del Reino Unido junto a Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte.

Hoy por la tarde, el féretro será llevado a lo largo de la histórica Royal Mile en Edimburgo hasta la Catedral de St Giles de la ciudad, donde habrá un servicio religioso. El rey Carlos III y la reina Consorte viajarán especialmente para participar en la ceremonia y continuar con su gira en los cuatro reinos junto a la primer ministra, Liz Truss.

El público podrá ingresará a la catedral después de las 5 de la tarde, con un sistema de colas y celulares o filmaciones prohibidas. Permanecerá allí 24 horas.

El ataúd estará apoyado en una plataforma, conocida como catafalco, y custodiada las 24 horas. Se lo envuelve en una bandera real y se coloca la corona en el tope del ataúd. El funeral de Estado será el 19 de septiembre.