La Capilla Sixtina del Vaticano, considerada una auténtica apología pictórica del Renacimiento, estrenó en estos días una nueva iluminación que resaltará todos sus detalles y un innovador sistema de climatización para su conservación.
Hay fechas que están destinadas a hacer la Historia del Arte y el 31 de octubre es una de ellas, sobre todo para la Capilla Sixtina.
Ese día en 1512, el papa Julio II, quien encargó decorar este espacio del Palacio apostólico a Miguel Ángel Buonarotti, descubría
la bóveda con los frescos de la Creación, y en 1541, Pablo III mostró el frontón con el Juicio Final.
Hace cuatro años, el director de los Museos Vaticanos, Antonio Paolucci, mostraba su preocupación por la conservación de los
frescos de la Capilla Sixtina, debido al excesivo número de visitantes y a la falta de instalaciones adecuadas para eliminar la contaminación ambiental.
Paolucci explicó que con esta nueva ‘luz y oxígeno‘ se quiere recordar los 450 años de la muerte de Miguel Ángel, pero también el
20 aniversario de la restauración que devolvió los colores originales a los frescos. El nuevo sistema de aireación permitirá mantener la capilla con las justas medidas de temperatura y humedad. También controlará el nivel del anhídrido de carbono que produce la masiva presencia de visitantes.
El sistema garantizará que ninguna partícula de polvo se deposite en los 2.500 metros cuadrados de frescos. Sobre el sistema de iluminación, Paolucci garantizó que dará la justa luz para resaltar los detalles de todos los frescos, pero sobre todo con un importante ahorro energético y sin causar daños debido a la utilización de lámparas led que dan el 50 por ciento menos de calor. Se han instalado cerca de 7.000 puntos de luz, estudiados para dar una iluminación ‘tenue‘, pero que a su vez ‘haga resaltar todos los detalles de la Capilla Sixtina‘, para ‘valorar todos los frescos‘. Fuente: Efe