Charlie Hebdo, el semanario satírico francés que ayer fue víctima de un ataque mortal, nunca fue ambiguo cuando se trató de fustigar a las religiones, y en especial al Islam radical.

Desde la publicación de las caricaturas de Mahoma que provocaron disturbios en Oriente Medio en 2005 hasta una edición especial con el título ‘Sharia Hebdo‘ y la inclusión del profeta del Islam en su colofón como editor jefe, la revista ha parodiado repetidamente a los musulmanes y sus creencias.

La revista de izquierda le ha tomado el pelo también a otras religiones, como a la Iglesia Católica cuando estuvo asolada por los escándalos de abusos sexuales a menores, pero aún así dedica todavía más espacio a burlarse de políticos de derecha e izquierda.

Sin embargo, han sido sus ataques a los musulmanes los que han despertado más controversia e incluso un juicio por racismo y un ataque incendiario en 2011 tras la edición ‘Sharia Hebdo‘. ‘Hebdo‘ es un término coloquial francés para referirse a un semanario y ‘sharia‘ se refiere a la ley islámica.

La revista se ha reído además del velo de las mujeres musulmanas y ha ridiculizado a los extremistas islámicos. En una edición con las caricaturas danesas mostró un dibujo de Mahoma en la portada llorando, con un globo en el que se lamentaba. ‘Es duro ser amado por idiotas‘. El Islam prohibe la publicación de caricaturas de Mahoma.

En un caso de racismo que fue a tribunales en 2007, dos grupos musulmanes franceses que demandaron, junto a la Liga Mundial Musulmana apoyada por Arabia Saudita, no tuvieron oportunidad frente a la revista que se defendió bajo el derecho a la libre expresión y la separación de iglesia y Estado en Francia les daba el derecho a criticar a cualquier religión.

Debido a su despiadada crítica a muchos personajes públicos e instituciones, las caricaturas a veces crudas y para muchos musulmanes ofensivas de Charlie Hebdo son consideradas en Francia como una expresión del derecho a la libertad de publicación más que a propaganda contra el Islam.

El expresidente Nicolas Sarkozy, quien era ministro del Interior durante el juicio contra la revista, defendió a Charlie Hebdo argumentando que ‘mantienen una vieja tradición francesa: la sátira‘.

Muchos de los dibujantes de la revista habían comenzado en la década de 1960 en la publicación Hara-Kiri, que se proclamaba abiertamente ‘idiota y malvada‘. Fue prohibida en 1970 tras imprimir la parodia de una esquela funeraria del General Charles de Gaulle, pero reapareció meses después reconvertida en Charlie Hebdo. El editor Stephane Charbonnier dijo a Reuters en 2012 que nadie se percataba cuando la publicación se reía de los tradicionalistas católicos. ‘Pero no se nos permite reírnos de los musulmanes de línea dura. Es la nueva regla, pero no vamos a obedecerla‘, dijo.

Charlie Hebdo ha llegado a publicar caricaturas de Mahoma desnudo. Entre las portadas que suscitaron la ira del islamismo radical figura una en la que aparece el profeta Mahoma en una silla de ruedas conducida por un rabino en la que dice: ‘No hay que mosquearse‘, mientras que en la parte superior de la viñeta se lee: ‘intocables‘.

Además, el diario suscitó la ira de los islamistas por reproducir viñetas, originales del periódico danés ‘Jyllands-Posten‘

en septiembre de 2005, en las que el profeta vestía un turbante-bomba con la mecha encendida.

Charlie Hebdo había sufrido el ataque más grave hasta ahora a principios de noviembre de 2011 cuando su redacción fue incendiada por publicar una serie de caricaturas del profeta. Cuando la revista regresó a los kioscos insistió en su línea satírica con una portada en la que un musulmán y el dibujante se fundían en un beso homosexual bajo el titular: ‘El amor es más fuerte que el odio‘.

El 3 de enero de 2013, la página web de la revista sufrió ataques por piratas informáticos, probablemente a causa de la publicación el día anterior de un suplemento especial con una biografía en cómic sobre Mahoma. Fuentes: Reuters y Efe