La violencia tiñó de sangre el proceso electoral en Egipto, inmerso en los primeros comicios tras la revolución, después de que el centro de El Cairo volviera a ser escenario de una batalla campal, que dejó ayer tres muertos y 255 heridos, según el último recuento del Ministerio de Sanidad.

Varios testigos dijeron que los enfrentamientos se iniciaron la madrugada del viernes y se prolongaron durante todo el día de ayer, entre militares, que protegen la sede del Consejo de Ministros, y manifestantes acampados en la zona.

Durante toda la jornada, los manifestantes y los efectivos apostados en la azotea del edificio gubernamental se han lanzado piedras, sillas y los objetos que tenían a mano, según testigos. En este contexto, un activista, que se identificó como Walid, dijo que los manifestantes estaban arrojando también cócteles molotov contra los militares, que vestidos de civil y de uniforme, respondían con cañones de agua mientras que la Junta Militar, echó la culpa a los participantes en la protesta y negó que las fuerzas de seguridad hayan agredido a ningún ciudadano o manifestante.