Buenos Aires, 10 de agosto.- Los mercados del mundo vuelven a sufrir hoy una caída libre por los vigentes temores a una eventual recesión de la economía mundial, pese al alivio que generó ayer el compromiso de la Reserva Federal de los Estados Unidos a mantener sin cambios las tasas de interés.

Wall Street registró caídas cercanas al 4% en los primeros movimientos y ahora opera volátil con bajas de entre 3,2 y 4%, informó la agencia de noticias Reuters.

Una tendencia similar caracteriza las negociaciones en las plazas de la región, donde el Bovespa de Brasil retrocede 1,4%, mientras que la Bolsa de Comercio de Buenos Aires pierde 3,2%.

Los mercados dejaron atrás el entusiasmo por la decisión de la Fed, que provocó una toma de ganancias con las que en la jornada de ayer evitaron acumular nuevos desplomes.

Las plazas europeas agudizaron hacia el cierre sus pérdidas y, de manera generalizada, pierden hasta 5%.

En Europa persisten los temores también sobre cuál será el futuro de las economías de Italia, España, Irlanda, Grecia y Portugal, que registran una complicada crisis por el elevado nivel de la deuda pública.

Las acciones europeas caían con fuerza presionadas por títulos del sector bancario, especialmente de Francia. Las acciones del francés Societe Generale caían más de un 21% a un mínimo de 2 años y medio.

El banco no estaba inmediatamente disponible para realizar comentarios. Entre los bancos franceses cuyas acciones también registraban caídas estaban BNP Paribas, con una baja de más de un 13%, y Credit Agricole, con un retroceso de más del 14%.

Fitch Ratings reiteró hoy, en respuesta a una consulta de Reuters, que mantiene una calificación crediticia "AAA" para Francia con una perspectiva "estable".

Rumores de que la deuda de Francia podría ser degradado por las agencias calificadoras llevaron a una ola de ventas de acciones bancarias de ese país.

Otro brazo de Fitch Group, Fitch Solutions, dijo el miércoles que un alza en los costos para asegurar la deuda de Francia y Alemania contra la moratoria, o credit default swap (CDS), podrían ser una señal de que los mercados están cada vez más preocupados por la capacidad de la zona euro de levantar a los países más débiles del bloque.