Río de Janeiro, 14 de enero.- Socorristas excavaban hoy en busca de sobrevivientes y luchaban por llegar a zonas aisladas por inundaciones y deslizamientos de tierra en uno de los peores desastres naturales de Brasil en décadas, cuya cifra de muertos podría superar los 500.

Torrentes de lodo y agua como consecuencia de fuertes lluvias dejaron una huella de destrucción a través de la montañosa región Serrana, cerca de la ciudad de Río de Janeiro, derrumbando casas, arrojando vehículos sobre edificios y obligando a miles de residentes a escapar.

Los equipos de rescate aún no han llegado a varias de las partes más golpeadas de la ciudad de Teresópolis, incluyendo un barrio donde, según informes de medios, hay alrededor de 150 casas destruidas. Los cuerpos debieron ser llevados a una iglesia cercana debido a que ya no había más espacio en la morgue.