Chile vivió horas de incertidumbre por la alerta roja de tsunami en varias regiones del país. Debido a las condiciones dadas durante toda la jornada de ayer por el fuerte terremoto en Rusia, las autoridades esperaban olas de gran tamaño durante la tarde. Esto llevó a implementar medidas preventivas urgentes, como tareas de evacuación, cierre de puertos, suspensión de clases, entre otras. Por suerte, la situación no pasó a mayores.

De alerta roja a precaución
De a poco, los parámetros fueron disminuyendo y el Gobierno de Chile determinó que era momento de bajar el nivel de alerta en gran parte del país. Solo una región mantiene la alerta roja: O’ Higgins. Esta localidad reúne condiciones para registrar posibles inundaciones por el movimiento oceánico. Por ello, consideraron necesario mantener la disposición para un mejor resguardo de la población local.

A través de esta decisión, comienza a normalizarse la actividad en todas las regiones que estuvieron bajo alerta roja durante toda la jornada de ayer. Sin embargo, debemos aclarar que las flexibilizaciones comenzarán a aplicarse de manera progresiva a lo largo del territorio nacional. Habrá una evaluación por regiones sobre su situación y, a partir de los datos obtenidos, determinarán qué tan pronto pueden volver a su completa normalidad.

La disminución de los niveles de alerta comenzaron a aplicarse pasada la medianoche. Entre las primeras regiones que mejoraron su condición tenemos a: Tarapacá, Valparaíso, Antofagasta, Atacama, Los Ríos, Maule y Los Lagos. Luego, continuaron con Arica y Parinacota, Ñuble, Bío Bío, y de ahí, la medida se extendió para casi todo el país. De igual forma, mantendrán la vigilancia por posibles inundaciones en todas estas localidades.

 

Medidas adoptadas
Más de 1,5 millones de personas tuvieron que ser evacuadas a lo largo de todo el país por la alerta de tsunami. El procedimiento de emergencia fue realizándose de manera progresiva de acuerdo a los niveles de alarma de cada región. En un principio, la evacuación comenzó en la Isla de Pascua. Luego se extendió a 9 regiones y de ahí, a todo el país. Incluso tuvieron que trasladar a presos de cárceles que estaban en zona de inundación.

Por otro lado, el Gobierno determinó el cierre de los puertos y la suspensión de toda actividad portuaria. Esto incluía pesca, náuticas recreativas, entre otras. Hablamos de una medida muy parecida a la aplicada por Perú durante la misma jornada. Asimismo, cualquier responsabilidad que implique un acercamiento a las costas del océano Pacífico, quedaba completamente prohibida. Las autoridades solicitaron a la población mantenerse alejados de estas zonas por la posible llegada de olas de gran magnitud.

Otra medida adoptada ante este escenario fue la suspensión de clases. Los establecimientos de todo el país tuvieron que cerrar sus puertos durante la jornada del miércoles. Y para este jueves, la disposición seguirá vigente, aunque solo para aquellos establecimientos que estén en zonas inundables. Los recintos educativos afectados por esta determinación gubernamental serán confirmados a través de un Boletín Oficial del Gobierno.

Horas de incertidumbre
El terremoto de magnitud 8.8 en Rusia desató un escenario de mucho temor en Chile y Perú. A primeras horas de la mañana de ayer, las autoridades gubernamentales de ambos países elevaron su nivel de alerta por la llegada de un posible tsunami. En ese mismo momento, se comenzó con los operativos de emergencia en sus regiones costeras. Los primeros informes indicaban que las olas de gran tamaño llegarían pasado el mediodía del miércoles.

Ante esta situación, los comités de emergencia de los países sudamericanos comenzaron con una vigilancia exhaustiva del movimiento oceánico para estar atentos a cualquier alteración. “Estamos monitoreando la situación en todo el país. La prevención es clave. Por favor, seguir las indicaciones de las autoridades”, escribió el presidente Gabriel Boric en un conciso mensaje a la sociedad.