El expresidente José “Pepe” Mujica falleció este martes luego de atravesar reiteradas recaídas por un cáncer de esófago. El líder del Movimiento de Participación Popular (MPP) y el Frente Amplio tendrá entre este miércoles y jueves su último adiós, en una ceremonia que incluirá una caravana, el velatorio y la cremación de sus restos.
Para lo que suceda después, Mujica tenía un último deseo: que sus restos sean enterrados en su chacra de Rincón del Cerro al lado de donde yace el cuerpo de Manuela, su perra de tres patas.
En una entrevista que dio a la cadena CNN en diciembre de 2024, Mujica indicaba: “Soy un anciano que está muy cerca de emprender la retirada de la que no se vuelve”. “Este cacho que estamos arriba del planeta es el paraíso y el infierno, todo junto. Venimos de la nada y vamos a la nada”, añadía en aquella ocasión.
“Ojalá que exista un más allá y todo lo demás. Pero no creo”, apuntó, pero entonces señaló al lugar en donde está enterrada Manuela, en su chacra de Rincón de Cerro, donde vivía junto a su esposa, Lucía Topolansky. “Mi futuro destino está abajo de ese escollo, donde está enterrada Manuela. Cuando me muera, me van a quemar y me van a enterrar ahí“, sentenció.
Llegar a los 90
En los últimos días, Mujica había manifestado a su entorno que no lo sedaran, pese a los dolores que padecía. “Mujica quería llegar al 20 de mayo”, contó uno de sus colaboradores, que dijo que el veterano político decía a su médica de cabecera que lo dejara así, a ver si las fuerzas le daban para llegar a esa fecha”. El 20 de mayo cumplía 90 años.
Pero además ese día se realiza en Uruguay la manifestación más grande de cada año: es la marcha por el reclamo sobre los desaparecidos en la época de la dictadura.
El relato indica que hacía semanas que se pensaba que Mujica había muerto y cuando el domingo no asistió a votar en las elecciones departamentales y municipales, quedó claro que estaba que su salud atravesaba una etapa decisiva. “Está a término”, dijo su esposa, la exsenadora y exvicepresidenta Lucía Topolansky.
La última entrevista que dio, el 2 de mayo, se mostraba mal, y sin dentadura, como muchas veces lo hizo. Pero a él no parecía importarle mostrar su deterioro siempre que lo convocaran a expresar sus ideas.
Fuente: La Nación

