El cardenal italiano Giovanni Angelo Becciu, condenado por corrupción, decidió este lunes no participar en el cónclave que elegirá al sucesor de Francisco, previsto para el próximo 7 de mayo. La noticia, que generó alivio en el Vaticano, fue confirmada luego de que el purpurado recibiera una carta que el propio Francisco había dejado antes de morir, pidiendo explícitamente su exclusión del proceso.

Según informó el diario Il Corriere della Sera, Becciu cedió a la presión interna tras una reunión con otros cardenales y con Pietro Parolin, actual secretario de Estado y uno de los principales candidatos a suceder a Francisco. Parolin le mostró una carta firmada por el pontífice argentino en la que expresaba su deseo de impedir la participación de Becciu en la elección papal.

De acuerdo a medios italianos, Francisco había dejado no una, sino dos cartas en 2023 y 2025 con la misma indicación. Aunque Becciu venía resistiéndose, tras ver el contenido de las misivas, aceptó dar un paso al costado “por el bien de la Iglesia”, según trascendió.

El cardenal de 76 años fue uno de los colaboradores cercanos de Francisco hasta 2020, cuando estalló un escándalo de corrupción vinculado a una millonaria operación inmobiliaria en Londres y al desvío de fondos hacia una organización liderada por su hermano en Cerdeña. Fue condenado a cinco años y seis meses de prisión, además de ser inhabilitado para ejercer cargos en la Santa Sede, aunque su sentencia está en proceso de apelación.

Su presencia en el cónclave amenazaba con generar un escándalo sin precedentes, al punto que expertos vaticanos advirtieron que podría haberse puesto en riesgo la validez del proceso eleccionario.

Con su renuncia, se evita una crisis mayor en el cuerpo cardenalicio, donde de los 252 cardenales actuales, solo 133 tienen derecho a voto por ser menores de 80 años.