El Vaticano se prepara para la despedida del papa Francisco en la Basílica San Pedro

El féretro del papa Francisco será trasladado el miércoles a las 9 desde la capilla de Santa Marta a la Basílica de San Pedro.

Por Redacción Diario de Cuyo

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Miles de fieles se congregaron en la Plaza San Pedro para rezar por “el eterno descanso” del papa Francisco, que falleció este lunes, a los 88 años, como consecuencia de un derrame cerebral.

La muerte del papa Francisco, quien deja tras de sí un legado reformista en la Iglesia católica, generó conmoción mundial y repercusiones de toda índole. Ahora se abre una nueva etapa en el Vaticano, donde se llevarán a cabo los funerales y se elegirá a su sucesor.
La Santa Sede confirmó que el Papa falleció por un derrame cerebral durante la madrugada de este lunes. Además, se informó podrían trasladar el cuerpo del pontífice el miércoles a San Pedro para el último saludo de los fieles.
Jorge Bergoglio, quién fuera conocido como el papa Francisco, falleció a sus 88 años de edad el pasado lunes por la madrugada. Desde un principio, su papado estuvo llamado a ser histórico: en 2013, se convirtió en el primer pontífice sudamericano – el 266 de Iglesia – en llegar al trono de San Pedro.
Previamente a que se difundieran las primeras imágenes del pontífice en su féretro, su cuerpo fue sometido a un procedimiento denominado embalsamiento moderno. El mismo fue realizado a fin de ser preservado durante tres días, donde los fieles podrán despedirse.
El féretro del papa Francisco será trasladado el miércoles a las 9 desde la capilla de Santa Marta a la Basílica de San Pedro, según confirmó hoy el Vaticano.
El protocolo funerario fue simplificado por deseo expreso del propio pontífice argentino. Este lunes ya se llevó a cabo el rito de constatación de la muerte en la residencia de Francisco, tras lo cual su cuerpo fue introducido en el féretro para ser velado en la capilla del mismo edificio, respetando así las disposiciones establecidas por el Papa en vida.

Qué es el embalsamiento moderno

El embalsamamiento moderno se basa en sustituir la sangre del cuerpo por una solución química que preserva los tejidos. Esta técnica implica introducir una mezcla compuesta por agua, alcohol, colorantes y formaldehído a través de las venas del cuello. El objetivo es desinfectar el cuerpo desde el interior, eliminar las bacterias y retrasar la descomposición natural, funcionando como una especie de transfusión a la inversa.

Antes del avance de estos métodos científicos, se usaban procedimientos más primitivos. Hasta inicios del siglo XX, era común extraer los órganos internos y recurrir a sustancias como aceites, hierbas o incluso lejía para conservar los cuerpos. Estos recursos, sin embargo, no ofrecían una protección duradera, y a menudo se aplicaban medidas adicionales como rellenar cavidades con cera, algodón o plantas para controlar la pérdida de fluidos.

Un punto de inflexión en esta práctica ocurrió con la muerte del Papa Pío X en 1914. Él fue el primer líder de la Iglesia en recibir un embalsamamiento con técnicas modernas, lo que sentó un precedente para el tratamiento de los restos papales. Esta decisión marcó un giro en las costumbres del Vaticano, alejándose de los métodos más antiguos y ceremoniales en favor de procedimientos médicos más eficaces.

En el caso del Papa Francisco, su cuerpo ha sido dispuesto de forma más sobria. Fue colocado directamente en un ataúd de madera forrado con zinc, que permanecerá abierto durante la exposición. Esto representa una diferencia importante respecto a prácticas anteriores, cuando se utilizaban estructuras como catafalcos para la presentación pública del cuerpo.

También se ha optado por abandonar ciertos símbolos tradicionales, como el báculo papal, que no estará presente durante la exposición. Asimismo, se decidió prescindir del uso de los tres ataúdes habituales —uno de ciprés, otro de plomo y un tercero de madera dura—, simplificando así el ritual funerario en consonancia con los cambios introducidos por el propio Francisco en el protocolo papal.