La realeza inglesa se vistió de gala ayer y sacó a lucir toda la pompa de la Corona para recibir  Donald Trump.

El presidente de los Estados Unidos inició una histórica segunda visita de Estado que acapara tanto atracción como rechazo entre los vecinos de Londres.

Mientras los curiosos intentaban filtrar el desbordante despliegue de seguridad para saludar, otros cientos se juntaron para protestar por la visita.

Puntualmente reclamaron por el fin del asedio de Israel (histórico socio de la Casa Blanca) en Gaza.

El rey Carlos y la familia real desplegaron la alfombra roja para el presidente al llegar a Windsor, el castillo habitado más antiguo y más grande del mundo y hogar familiar de los monarcas británicos durante casi 1.000 años.

El agasajo incluyó una procesión de carruajes, salvas de artillería, un desfile aéreo militar y un lujoso banquete.

Según las autoridades británicas, fue la mayor ceremonia militar de bienvenida a una visita de Estado que se recuerda.

Trump, fan declarado de la realeza, no ha ocultado su satisfacción por ser no solo el primer dirigente estadounidense, sino también el primer político electo invitado por un monarca británico para dos visitas.

“Amo al rey Carlos”, en su cuenta de Truth Social Trump en febrero cuando se le cursó formalmente la incitación.

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Los príncipes de Gales, Guillermo y Kate, reciben al presidente de EEUU, Donald Trump, y a su esposa Melania en el Castillo de Windsor.

Trump y su esposa Melania fueron recibidos en primer lugar por el “guapísimo” hijo del rey, el príncipe Guillermo” como lo ha llamado el presidente estadounidense. También fue parte de la bienvenida la esposa del heredero, Kate.

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El rey Carlos III y el presidente Donald Trump pasean en carroza por el Castillo de Windsor.

A continuación, Carlos de Inglaterra y su esposa, la reina Camila, se unieron a los Trump en una procesión en carruaje por los jardines del castillo, cuyo recorrido estuvo flanqueado por 1.300 militares británicos.

Los miembros de la realeza mostraron al presidente y a la primera dama objetos históricos de la Colección Real relacionados con Estados Unidos que sorprendieron al mandatario.

Trump y Melania también se dieron tiempo para visitar la capilla de San Jorge, lugar de descanso final de la reina Isabel, que recibió a Trump en su primera visita de Estado en 2019.

Trump depositó una corona de flores en su tumba.

 

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Trump y Melania en la Capilla de San Jorge, en el Castillo de Windsor. Visitaron la tumba de la Reina Isabel II.

Más tarde fue el turno del espectáculo a todo color de un vuelo de aviones militares antes del banquete de Estado en el que el rey y el presidente estadounidense pronunciaron sendos discursos ante un selecto grupo de 150 invitados.

La seguridad será estricta durante toda la visita, con una operación policial masiva en Windsor, mientras que 1.600 agentes fueron desplegados en Londres para hacer frente a una protesta de la ‘‘ (‘Paremos la Coalición de Trump‘).

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Manifestantes se reúnen en la Plaza del Parlamento durante una protesta del grupo Stop Trump Coalition.

Que espera el Gobierno británico
de la visita de Trump

El primer ministro de Gran Bretaña, Keir Starmer, intenta aprovechar el viaje de Trump para cimentar la “relación especial” de los dos países, profundizar los lazos económicos. Esto incluye asegurarse miles de millones de dólares de inversión, discutir aranceles y presionar a Trump sobre la guerra en Ucrania y la ofensiva de Israel sobre Gaza.

Empresas como Microsoft, Nvidia, Google y OpenAI ya han prometido 31.000 millones de libras (42.000 millones de dólares) en inversiones en Reino Unido en los próximos años, en IA, computación cuántica y energía nuclear civil.

Starmer, también quiere seguir avanzando en materia de comercio, después de que Gran Bretaña logró el primer acuerdo con Trump para reducir algunos aranceles.

Es posible que las conversaciones toquen los gravámenes restantes al acero, el whisky y el salmón.

Hoy, Trump se reunirá con Starmer y su esposa, Victoria, en Chequers, la casa de campo del primer ministro, ubicada en Buckinghamshire, Inglaterra.

Tras observar los archivos de Winston Churchill, se celebrará un encuentro bilateral entre los dos líderes mundiales.

Pero aunque Starmer confía en que la realeza le ayude a encantar al presidente anglófilo, cuya madre es escocesa, el premier sigue enfrentando muchos escollos.

Las encuestas muestran que Trump es muy impopular en Gran Bretaña y Starmer, que se enfrenta a una caída en picado en las encuestas y a problemas económicos, tendrá que demostrar que su baza real puede reportarle beneficios.