El líder del Frente Renovador y candidato a diputado nacional, Sergio Massa, estima obtener, si se cumplen los pronósticos de las últimas encuestas, unas 17 bancas de las cuales tres corresponden al PRO, y pone en juego ocho de las once que detenta actualmente, con lo cual para poder construir un espacio que tenga influencia en el esquema parlamentario buscará acuerdos con históricos dirigentes del duhaldismo y del menemismo. Aquí entra a escena el sindicalismo. De hecho, Moyano ya le transmitió a sus hombres de confianza que sumará a esa bancada a su hijo Facundo, a Omar Plaini si finalmente logra ingresar como diputado, y hará una gestión para acercar a los dos diputados que podrían ingresar por el Movimiento Popular Neuquino que responden a su adjunto Guillermo Pereyra. De todos modos, no faltará la pelea cerca del dirigente de Tigre sobre quién será su referente sindical, porque el primer dirigente que se sumó al proyecto de Massa fue el dirigente de la sanidad y vocero de la CGT, Héctor Daer, y un dirigente de la CTA de Yasky. De acuerdo a los números que maneja ese bloque opositor integrado por la experimentada legisladora Graciela Camaño -una de las espadas parlamentarias del tigrense-, los renovadores bonaerenses pueden cosechar 17 bancas más los tres legisladores que tienen mandato hasta el 2015, pero en ese número están las tres que prometen mantenerse en el PRO. Los renovadores quieren tener una bancada que le permita visibilidad y para eso deben conseguir sumar a otros dirigentes del peronismo opositor como la esposa de Jorge Busti, Cristina Cremer, Mario Das Neves, dos o tres cordobeses delasotistas si finalmente se suman a este espacio, y Luis Barrionuevo si consigue una banca por Catamarca.
