La falta de gol es sin dudas el peor mal que acarrea este San Martín, cuyo presente en la tabla de los promedios lo tiene sumergido en el sótano con su actual 0,875 de coeficiente. Pero la alarma por la ausencia de los gritos a favor se potenció en la visita el martes a Santa Fe ante Colón, donde el equipo quedó desnudo de su falta de contundencia, sobre todo en el par de atacantes que colocó Garnero, como Claudio Graf y Néstor Ayala, quienes contaron al menos con dos chances cada uno para convertir. Un dato que alarma y que marca la cruda realidad es que el Verdinegro es el equipo que menos puntos sumó en estas cinco fechas pasadas con solo un par e incluso el que menos marcó con solo un tanto, el que conquistó Diego García ante Independiente para aquel 1-2 en Avellaneda.
“Son rachas que se dan, a veces es a favor y ahora nos toca en contra”, analizó Daniel Garnero post 0-0 ante el Sabalero, para ser la quinta vez en los ocho encuentros que disputó su equipo que se retiró de un estadio sin marcar. Tan cierto lo que marca el DT como la inefectividad de los nueve que eligió para ser titulares.
Primero arrancó Néstor Ayala, lo siguió Sebastián Penco hasta que se lesionó y posteriormente tomó la posta Claudio Graf. En el choque del martes, por primera vez puso de movida la dupla Graf-Ayala, y si bien el equipo contó con media docena de opciones para superar a Diego Pozo, a la postre una de las figuras del choque, tampoco lo consiguió. “Nos está faltando contundencia.
Las opciones las tenemos, pero no la metemos”, deslizó Ayala. Por su lado Graf fue más tajante al responder sobre el tema que “no estoy preocupado por la falta de gol”.
El propio Garnero reconoció el déficit e incluso fue más allá en el análisis: “No somos un equipo que va a generar diez opciones de gol por partido, entonces debemos tener la contundencia que nos caracterizó en la parte final de la temporada del ascenso. Hay que volver a eso”, tiró el coach. Los cinco goles que suma San Martín en la campaña se reparten de la siguiente manera: tres para delanteros como Núñez, Roberval y García, más el otro par de defensores como Landa y Mas. Es decir, los volantes todavía tienen la pólvora mojada, algo clave para un equipo que necesita de la llegada de éstos futbolistas al arco contrario. Garnero también ya probó el cambio de sistema ante Belgrano con aquel 4-1-4-1, pero resultó más que evidente que lo mejor para este grupo es el 4-4-2. Ahora lo que falta es anotar, algo imprescindible para pensar seriamente en el objetivo de quedarse en Primera.
