�Por segundo día consecutivo, Cristina evitó pronunciarse en primera persona sobre la causa Ciccone en la cual la justicia federal citó a indagatoria al vicepresidente, Amado Boudou, por aparente tráfico de influencias. Lo que sí fue todo un dato político su reencuentro con el gobernador de Santa Cruz, Daniel Peralta. Vestida con un tailler en otoñales tonos de marrón y negro, la Presidenta abrió el acto en un gimnasio municipal de Río Gallegos con un beso para el gobernador Peralta, un fiel dirigente de Néstor Kirchner que en los últimos tiempos se había distanciado de la Casa Rosada con fuertes críticas a la injerencia de La Cámpora en la gestión provincial. Incluso políticamente se lo situaba dentro del lote de gobernadores del PJ opositor.
