Hay quienes dicen que el dinero provenía de la venta de una propiedad. Otros, que era de una operación que hizo en el mercado o sus ahorros. Como sea, los dos ladrones que el miércoles a la noche llegaron a la casa de ese feriante en Concepción, sabían que tenía mucha plata. De ahí que fueron a golpearlo y amenazarlo con matar a su hija o a él, si no la entregaba. Y fue así que el golpe armado salió como los ladrones esperaban: ellos, escapando con un jugoso botín de 42.000 pesos, y con las víctimas encerradas y aterrorizados por tan inesperada visita.

Todo ese dinero era de Juan Blanco (59), un puestero que vende verduras por mayor y menor en el Mercado de Abasto de la Capital. Estaba tan mal por el robo, que dio pocos datos a la policía y hasta anoche no había radicado la denuncia en la Seccional 2da ni en la Central de Policía, revelaron fuentes del caso.

La sospecha policial es que hubo un "entregador". La versión de los investigadores es que los ladrones llegaron alrededor de las 22 del miércoles, supuestamente cuando Blanco guardaba su auto Peugeot 206 en su casa de calle Alem, a metros de Jorge Newbery, en la zona capitalina de Concepción.

Su hija habría visto a dos sujetos en la puerta y le avisó que alguien buscaba. Blanco fue a atenderlos y de respuesta recibió una trompada en el rostro. Le hicieron sangrar la boca, contó un allegado a la familia. Después le dieron otro golpe en el pecho y lo llevaron al interior de su vivienda.

Los sujetos, que se cubrían parte del rostro, le exigieron con pistola en mano y sin rodeos que entregara la plata que tenía. Como que iban sabiendo de la existencia de una suma importante. Un policía contó que, según la víctima, amenazaron con matar a la jovencita si no accedía. De hecho, uno de los ladrones la llevó a un dormitorio.

Asustado, Blanco tuvo que decirles que el dinero se hallaba escondido en la parte trasera de su coche. Los delincuentes hurgaron hasta que encontraron esos 42.000 pesos, supuestamente debajo de la alfombra. En principio quisieron maniatar al puestero con un alambre, pero finalmente lo llevaron hasta el baño y lo encerraron ahí con su hija, mientras ganaban tiempo para escapar.

Blanco no aportó muchos detalles a la policía, pero algunos investigadores dijeron que esa plata era producto de la venta de una propiedad. Después se habló que era de un negocio que hizo en el mercado o, simplemente, sus ahorros porque no le gustaba tenerlo en el banco. De todas formas, la sospecha es que alguien del mercado lo entregó.