"Felices Pascuas. La casa está en orden". Corría Semana Santa de 1987 y con esas dos oraciones, tan célebres desde su misma pronunciación, el presidente de entonces, Raúl Alfonsín, le ponía punto final a la primera de las tres sublevaciones militares que sufrió durante su mandato democrático. Pasaron 22 años exactos, el caudillo Radical recientemente fallecido ya no está más entre nosotros, pero la frase sigue vigente. Pese a las distancias en el tiempo y el espacio, buscar justamente ‘ordenar’ la casa es el objetivo vital para este domingo santo en el mundo San Martín. Porque la casa no está en orden en Concepción. Porque Craviotto tiene hoy, desde las 17.30 ante Almagro, un cuasi plebiscito para su gestión. Con apenas 97 días en el poder, Otto y sus players ponen en juego ante el Tricolor muchas chances de la ilusión de subir. Para eso, antes que nada, hay que ordenar la casa.
Sumergido en el Ecuador de las posiciones, el Verdinegro juega la primera de las seis finales que le restan en el Hilario Sánchez. La misión-obsesión de sumar 23 puntos en total en la docena de encuentros que le restan y así alcanzar la cifra total de 61 propuesta por el DT, está en peligro. Porque se trata de sacar nada menos que el 63% de lo que queda. Se trata de un slalom final cercano a lo estupendo, más si se tiene en cuenta que hasta el momento en la segunda era de Craviotto como entrenador sólo se sumó el 41% (10 de 24) en juego.
Sabiendo que con Almagro sólo sirve ganar, el ex lateral apeló a recursos impensados hace unas fechas atrás. En la cancha estará Seri por Rojas (sumó cinco amarillas y debe cumplir una fecha de suspensión), en lo que sí es un cambio cantado. Donde la situación se torna sorprendente es que en el banco estará Roberval. Indultado tras seis encuentros, después de ser relegado del equipo por problemas disciplinarios, el moreno puede ser una alternativa para el choque de esta tarde. Todo ocurre después que el martes pasado la dirigencia le preguntara al técnico por enésima vez los motivos de la ausencia continua del nacido en Pernambuco. "No tiene nada que ver eso. Es una decisión exclusivamente mía", explicó Oscar, quien sabe que su medida puede traer turbulencias en la interna del plantel ya que el delantero tiene nulo trato con varios referentes.
En ese cónclave con los popes dirigenciales se habló del futuro. Aunque, como dice el propio Craviotto, en el fútbol todo se maneja por los resultados y así esa futurología puede quedar en la nada si el Verdinegro no comienza a levantar. No empieza a demostrar que está para luchar, al menos por una Promoción. Hoy, ante un equipo como Almagro que hace exactamente un año que no gana de visitante, empieza a desandar ese camino. Sin casi margen de error, es tiempo de ordenar la casa.
