"Para qué vamos a hablar de cosas que ya no existen…", cantaba Mercedes Sosa al interpretar "Zamba para olvidar" de Facundo Toro. La letra de esa canción habla de un amor que se fue y que ahora pretende regresar. Refleja el dolor que produjo esa partida y la decisión de no dar otra oportunidad. La poesía de Toro es desgarradora para describir el dolor del abandono: "Mis manos ya son de barro, tanto apretar al dolor. Y ahora que me falta el Sol, no sé qué venís buscando. Llorando mi amor, llorando, también olvidame vos". Si los protagonistas de la ficticia historia, haciendo una caprichosa traslación, fuesen la provincia de San Juan y uno de sus nuevos amores, Pascua-Lama, la similitud es casi perfecta. Claro, San Juan ruega para que su amor vuelva y, en el caso de Pascua-Lama, su regreso dependerá del mundo financiero, nada más y nada menos. Con este panorama, en épocas normales, la agricultura hubiese sacado a flote al menos algunos de los miles de desocupados que está dejando la actividad minera. Pero como ya se sabe, un viento Zonda y tres heladas tardías arrasaron la mitad de lo que los productores esperaban cosechar, dejando también un tendal de hombres y mujeres sin empleos. Ante este escenario la pregunta de muchos sanjuaninos es: "¿Qué vamos a hacer?". Si bien el Gobierno sin Gioja no se ha quedado quieto y sigue haciendo esfuerzos para encontrar salidas (compre minero local, apoyo nacional, obra pública, etc), lo ha hecho atacando los problemas en forma directa y, por ahí, como dicen los futboleros, no sería tan malo probar "abriendo la cancha". ¿Qué otra actividad es generadora de mano de obra? El turismo, responden a gritos los empresarios del sector: hasta el año 2011 contenía a casi 8.000 empleados directos, mucho más que el doble de trabajadores directos de la mina Veladero y bastante más que los 3.500 que Barrick dice que dejará en Lama. En 2011 con este rubro San Juan aportó, según el INDEC, el 3,1% del total de trabajadores registrados, frente al 0,7% que se aportaba en 2003. En 2012, los turistas dejaron en la provincia casi 500 millones de pesos en gastos. ¿Habrá motivos para probar? ¿Qué se necesita? Muy poco, sólo estar de acuerdo, replican en Casa de Gobierno. Y en eso, la tarea de uno de los ministros con perfil político del gabinete, puede ser clave.

Aunque a viva voz no se comenta y pocos entregan cifras creíbles, sigue ocurriendo la sangría de trabajadores mineros. En las redes sociales o en las reuniones de todo tipo sobran las historias de exempleados de Pascua-Lama. Hablan de internas cruzadas y un clima de "sálvese quien pueda". Incluso lo dicen quienes todavía conservan su lugar. Los que se fueron y los que se aferran con uñas y dientes al trabajo, sienten una suerte de vacío. Es que apostaron a una industria que no conocían, que no entendían, y por la que tuvieron que luchar dentro y fuera de sus oficinas. No es común que un oficinista deba enfrentar a una señora de más de 60 años en la fila de un supermercado, mientras la buena mujer habla de "la contaminación minera" o del "saqueo de los recursos naturales". Ese hombre, o esa mujer, aprendieron a compatibilizar su vida laboral con esa acusación, incluso dentro de sus propias familias. Algunos lo hicieron convencidos y otros más preocupados por el pan de cada día, obviamente, pero lo hicieron. Hoy la mayoría de esos trabajadores siente la desazón de haberse involucrado, de haber apostado y haber perdido, como en una ruleta. Según algunas estimaciones, unas 10.000 personas han quedado desocupadas desde enero a la fecha por el parate en el proyecto binacional. El Gobierno lanzó un ambicioso plan de obra pública para intentar captarlos. Pero también el Gobierno sabe que va a ser imposible contenerlos a todos y mucho menos que esas personas mantengan el nivel de ingresos que tenían en la minería. Por ahora el plan está funcionando, pero no se sabe qué ocurrirá en el invierno que viene. Primero, que el compromiso de Barrick es mantener hasta abril o mayo de 2014 a los 3.500 empleados en la cordillera, luego dependerá del clima y los benditos vaivenes del mercado minero mundial. Y segundo, nadie asegura que para mitad del año entrante los ingresos nacionales para la construcción de casas y otras obras se mantengan como hasta hoy. En San Juan dicen que si la plata no llega desde Buenos Aires, la pondrán de las arcas provinciales, lo que implica un salvavidas, pero un riesgo a la vez. Calculando que el freno de hoy puede convertirse en un parate total en los primeros meses del año que se avecina, no estaría mal ponerle fichas a otro sector, por ejemplo, el del turismo. ¿Cómo está la industria sin chimenea? Se calcula que en 2012 visitaron San Juan 1,2 personas por cada habitante; se cerró 2013 con 9.575 plazas hoteleras, lo que implica un crecimiento del 5% respecto del año anterior; en los fines de semana largos del año pasado (nueve en total), la ocupación hotelera de la provincia trepó al 82% promedio y los turistas desembolsaron unos $47 millones, aproximadamente. Entre comercios, restoranes y hoteles, suman el 7,6% del Producto Geográfico Bruto de San Juan, según datos del Ministerio de la Producción. Y, proporcionalmente, es uno de los sectores económicos que más creció, incluso por arriba de la minería no metalífera. Es decir, razones económicas para apostar, sobran. Habrá que ver qué intenciones políticas existen de hacerlo y si se sabe aprovechar el envión de los últimos años. Obviamente, como en toda actividad humana hay problemas. La provincia está en vías de encontrar una identidad turística, cuestión que todavía no ha logrado. Quieren que San Juan sea reconocido en el país y en el mundo como el sitio donde se va a conocer todo acerca de los dinosaurios, por ejemplo. Y también intentan apelar a nuevos ejes como el turismo astronómico, o aprovechar algo que cayó como un regalo del cielo, que es el turismo de eventos. En las tres cosas se está trabajando, pero para aprovecharlas al máximo en el Gobierno necesitan de los empresarios turísticos. Hubo algunas reuniones hace algunas semanas entre hombres de negocio del sector y el ministro de Turismo, Dante Elizondo. Se charló de promociones en conjunto y una serie de actividades que involucren al Gobierno y a los privados, aunque luego no hubo resultados. Los hombres de negocios de San Juan no están dispuestos a abandonar la competencia entre sí y el Gobierno no quiere meterse demasiado en los problemas de los privados, para no terminar en una interna sin salida. Lo cierto es que a ambos (empresarios y Gobierno) los une el espanto: en las oficinas públicas quieren evitar el drama de la desocupación y los dueños de hoteles quieren que la minería no los arruine del todo, porque ya están sintiendo en sus balances el freno en la minería. La temporada alta de la provincia es en invierno, Semana Santa y los feriados largos. La temporada media es verano y los meses abril, septiembre y octubre. Lo que permite que la temporada sea media es el turismo de congresos y reuniones, aunque de una a otra estación la merma en cantidad de turistas trepa al 25%. Sería importantísimo que exista unión y trabajo conjunto ya que justo cuando la minería esté más complicada, vendrán los turistas. Promociones, actividades, descuentos con tarjetas, promociones publicitarias conjuntas, en definitiva, un trabajo que hasta el momento cuesta encontrar. Quién dice que al final de cuentas sea el turismo una ayuda para contener a los mineros desocupados. Para eso será clave la acción de Dante Elizondo, conocedor como pocos de las caras del sector. Es uno de los pocos funcionarios que siguen a José Luis Gioja desde el comienzo, en uno u otro cargo. Sufrió la expansión de secretaría a Ministerio de Turismo, y sabe al dedillo las internas en el Ejecutivo. Sin ir más lejos esta semana juntó en un acto en Concepción a Sergio Uñac y Marcelo Lima, lo que no es poca cosa en los momentos que se viven. Elizondo, de quererlo, deberá volver a juntarse con los empresarios y tejer un plan que, de no servir para paliar los dramas de la minería y la producción, servirá al menos para arrimar posiciones. Es decir, en cualquier caso, sería bueno. Ojalá que él y el Vice lo vean.