En 1979 fue una de las mentes creadoras de la Fura dels Baus -el nombre hace alusión a un hurón, ‘fura’, en catalán-. Se trata de Carlus Padrizza, el director escénico de la puesta de Carmina Burana que mañana estrenará en Argentina, para la inauguración del Teatro del Bicentenario, con repetición la noche siguiente y el domingo a las 21,30. Carlus aterrizó en la provincia el domingo pasado, con un equipo de 14 personas, 3 de ellos cantantes y el resto, técnica. Y desde ese momento, quedó sorprendido por el paisaje montañoso y el vino; pero, en especial, por la nueva sala y los recursos técnicos que encontró para darle una vuelta de tuerca a la producción en cuanto a espacio, ‘algo que no sucede a menudo’, como destacó a DIARIO DE CUYO, luego de un ensayo general.

– Para San Juan es histórico que el debut del Teatro sea con un espectáculo así. ¿Están sorprendidos por la repercusión?

– ¡Claro que sí! Aparte del espectáculo adentro, haremos otro pequeño afuera con una marioneta cósmica de 10 metros de altura enganchada por una grúa e iluminada, la colaboración de 3 murgas de aquí y un grupo de 60 tambores… que no conocía ese sonido, la verdad. Al levantarse ‘la giganta’, todos quedamos con la boca abierta. – ¿Qué representa ser los protagonistas de la inauguración? – Dejamos una gira en Taiwán por venir a la provincia y tenemos el proyecto de La Creación de Haydn para la inauguración de un teatro de París. Pero, para nosotros, es un honor ser los invitados a inaugurar este nuevo templo de la cultura; aunque ya tienen un Auditorio con un órgano maravilloso. A San Juan lo recordaré siempre, el entorno me sorprendió. – ¿Vienen con la Carmina original o con cambios?

– Acá es la primera vez que la haremos con 140 cantantes de coros locales (NdR: el Villicum, el Universitario de la UNSJ, de la UCC y Arturo Beruti), nunca hicimos algo con tanta gente. Me parece un acierto, como digo yo: aquí hay cama para todo el mundo aunque entremos apretados (risas). – O sea que la versión para San Juan es distinta…

– Pusimos coreografías con bailarinas locales y con nuestros solistas, a veces dentro del agua y a veces afuera; y hay monjes que hacemos que no beban cerveza sino vino, que encaja muy bien. A través de unas grúas, hacemos que el ser humano también esté en aire, cuando se transforma en semidiós. Este personaje estará a cargo de una soprano, que pasa de niña a mujer. Es explosión y llega a su máximo clima sexual con un agudo que te deja helado, mientras sube unos 7 metros. – ¿Cómo estarán dispuestos? – Conozco muchos teatros, pero este tiene asientos anchos. Esto, nos permitirá crear más movimientos en medio de la gente, lo que a mí me gusta. Y con los cantantes, lo que vamos a intentar es rodear al espectador, que pasen por los pasillos de atrás, por las filas, para que el público tenga una sensación de home cinema, rodeado del sonido. – ¿En el escenario qué se verá? – A veces el escenario estará en el espacio de las butacas, lo que podemos hacer por el lugar y la cantidad de gente. – ¿Y la orquesta…? – Acá lo más importante es el director musical (NdR: Emmanuel Siffert). La poesía estará subtitulada porque hay partes en latín y en alemán; ya que su autor, Carl Orff, se inspiró en unos versos que encontró del siglo XVIII de los goliardos. -¿Qué aborda el tema? – El texto habla de la espera de la primavera como agua bendita. Tras el paso del invierno, el sol viene y está empezando a florecer y empieza el ritual de la mujer para celebrar la llegada del buen tiempo; un carnaval de ritmos ancestrales. El texto, aparte del ritual, habla del hombre, de la luna llena, de lo pasajero que es el éxito. – Es una cantanta, ¿no? – Tuve la suerte de ser invitado por la fundación que existe del autor en Munich, su lugar de nacimiento, y ahí sus colaboradores y descendientes me contaron que Orff siempre dijo que esta obra era una cantata escénica, con la idea que se usara libremente a la imaginación. – ¿Cuándo decidiste recrearla? – Fue en 2007, hablando con la gente de una compañía de España que se dedica a llevar orquestas, me dijeron de Carmina Burana y yo dije: ¡Carmina Burana sería una obra perfecta para nosotros! Después, en casa la escuché, ví que se había hecho muchas veces pero no a lo grande y tampoco con nuestro lenguaje. – ¿Es una obra emblema para La Fura?

– Es la producción que más representamos de todas las que hicimos. – ¿Por qué? – Es la que mejor se vincula al imaginario de La Fura. Del mundo lírico y operístico, en Carmina se juntó el hambre y las ganas de comer, su música es muy directa y fácil, además dura una hora, no es extensa. En el ’84 y ’94 vinimos a Córdoba con otro show, pero con esta, es la primera vez que llegamos a este país desde que la estrenamos en 2008. Está enriquecida con todo nuestro imaginario y la representación del sentimiento del hombre contemporáneo que buscamos: a veces, violento, crudo, alocado; integramos todas las disciplinas, eso es lo que nos hizo famosos

– El O Fortuna tiene un mensaje muy actual pese a su antigüedad. – Sí, se trata de unir signos, razas. La fortuna es aprovechar cuando los astros se alinean, como cuando La Fura se encontró con Carmina.