"Fue un gran desafío", resume Natalia Oreiro cuando le preguntan cómo vivió esto de encarar dos personajes en su última película, Miss Tacuarembó, una coproducción hispano-uruguaya-argentina dirigida por Martín Sastre que la devolvió a la cartelera cinematográfica del país. Lenguaje al que la mujer de Ricardo Mollo (del que se confiesa muy enamorada, aunque sin planes de maternidad todavía) se ha dedicado casi por completo -en septiembre filmará Mi primera boda-, alejada voluntariamente de la televisión; aunque anticipó que proyecta volver en 2011. Es que más allá de toda la exposición que genera y que la agobia -y al igual le sucede al personaje de la película- fue la TV el medio que la hizo soñar con ser una estrella, cuando todavía era una niña.

– En Miss Tacuarembó compone a dos personajes…

– Sí, el personaje de Cándida fue un gran desafío que me hace, de alguna manera, seguir eligiendo esta profesión. Lo más interesante para un actor es componer y hacer algo que no esté cercano a uno.

-¿En televisión no tiene ese tipo de propuestas?

– Sí, las he tenido y de hecho he disfrutado mucho. He tenido personajes que me han permitido lucirme como actriz, cantante y como bailarina en determinados momentos.

– ¿Y por qué no está actualmente en televisión?

– Sentí que estaba dejando de lado propuestas en cine que para mí eran interesantes porque es un vehículo distinto y, básicamente, significaba eso, poder profundizar más en esa área y adquirir más conocimiento.

-¿Prefiere el cine?

– No hago tanta diferencia si es cine o televisión, lo que tiene la televisión es sostener un año un mismo personaje y a veces es difícil porque, inevitablemente, en algún momento la historia termina siendo obvia o repetitiva y para un actor eso te limita, pero a mí me gusta mucho hacer televisión, es algo que disfruto mucho porque sigo jugando, me levanto contenta todos los días y preparo los personajes…

– ¿Qué la hizo dejar la tele temporalmente?

– Cuando siento que no puedo aportar nada empieza a ser un poco agotador porque son jornadas muy largas. Pero no sólo tiene que ver con el ritmo de trabajo sino con el ritmo de la exposición, que es desmedida y creo que si uno no puede correrse un tiempo de ella, te termina por absorber en su totalidad y a veces uno termina siendo el personaje. Está bueno vivir la vida en un ritmo normal y no en diferido.

– Y entonces ¿Cuándo vuelve a la TV?

– Hay una posibilidad de hacer algo el año que viene pero no está definido, hay un tema de tiempos, yo tengo que rodar una par de películas, una ahora y otra el año que viene, dependerá un poco de eso pero estamos desarrollando un lindo proyecto así que lo que haremos será a mediados o finales del año que viene.

– ¿Qué le queda por hacer en su profesión?

– Muchas cosas, mi intención es no seguir abriéndome más y concentrarme en lo que me gusta y que, hoy por hoy, es elegir personajes diferentes y divertirme haciendo cosas distintas.