Ya sea por tradición, costumbre, o porque se cree que jugador que emigra a Europa es mejor, siempre -o generalmente- la Selección argentina estuvo integrada por futbolistas que militan en el viejo mundo. Esta vez no fue la excepción, sin embargo, acá, en el país y mucho más cerca hay jugadores que superan a aquellos que ganan fortunas del otro lado del océano.
Y a las pruebas hay que remitirse, y sólo mirando el partido ante Grecia las conclusiones salen a la vista. Maradona metió muchos cambios y le dio la oportunidad única de jugar un mundial a Clemente Rodríguez (Estudiantes), Nicolás Otamendi (Vélez), Martín Palermo (Boca) y como ya se sabía, una fija, la "Bruja" Verón (Estudiantes) quien es titular sobre cualquier otro jugador.
Los dos primeros la rompieron haciendo surcos por los laterales, con clase y criterio para quitar y salir jugando, e incluso probando al arco. Virtudes que los "europeos" no tuvieron en los dos juegos anteriores. Y hablar de Palermo estaría de más, sólo con mirar cuanta tapa de diario o resumen televisivo de la clasificación albiceleste a octavos habla por sí sola. Para el "Titán" los 36 años no son obstáculo para seguir escribiendo su historia.
Entre los que siguen esperando están los de Colón, Ariel Garcé y Diego Pozo, quienes seguramente volverán de Sudáfrica sin minutos en cancha, pero están, como el cuarteto ya mencionado que el martes compartió el triunfo estando en cancha. Como para tener en cuenta que los que militan acá, no son para los partidos amistosos, sino que el nivel es superior o igual que los de "allá".
