Este Boca tiene la cabeza bien metida en la Copa Libertadores. Es que hasta se puede dar el lujo de regalar un tiempo -el primero- del partido de anoche ante Guaraní de Paraguay y después apretar el acelerador -en el segundo- y terminar ganando (3-1) con total justicia, por el Grupo 2.

El partido -y sus alternativas- no tuvieron secretos. Cuando Boca se mostró decidido a atacar demostró que tiene un nivel inalcanzable para un equipo como Guaraní.

El primer tiempo largó con muchos ímpetus pero por la marca a presión de ambos y, también por las imprecisiones en los pases, el juego se fue diluyendo hasta convertirse inclusive en aburrido.

El local, necesitado de los tres puntos, le tiró artillería pesada a Boca desde el minuto inicial. Por eso a los 8′ Negreiros tuvo el gol, después de una gran habilitación de Fabbro (notable primer tiempo), pero el Pato Abbondanzieri supo reaccionar y tapó con lo justo.

Boca respondió con un remate fuerte y bien colocado del Negro Ibarra, a los 15′, finalmente netralizado por el arquero local. Por ese entonces, el partido tenía movilidad y era entretenido por las situaciones de peligro que se generaban cerca de los arcos. Por eso ambos tuvieron otras oportunidades: Boca, a través de un tiro de Mouche que se fue apenas alto. Y Guaraní, por intermedio de Julián Benítez cuyo bombazo atajó el Pato.

De ahí en más el partido entró en un cono de sombras. Hasta que a los 35′ llegó la apertura del tanteador. Fabbro, endiablado, volvió a superar la línea final de Boca (Figueroa estaba parado atrás) y Negreiros empujó al gol.

Desde el inicio del complemento, todo empezó a ser de Boca, aunque el local tuvo un par de chances.

Así, después de insistir, el Xeneize encontró la igualdad, a los 22′, cuando el árbitro cobró una falta inexistente en el área contra Ibarra. Riquelme aprovechó la oportunidad y empardó el tablero.

Ischia, vivo, cambió inmediatamente la dupla de atacantes: Afuera Mouche y Figueroa. Adentro Palacio y Palermo. Eso le dio aire y potencia al ataque visitante. Entonces llegaron varias ocasiones para Boca. A los 27′ Palacio la estrelló en uno de los palos. A los 29′ hizo lo mismo Riquelme. Y a los 30′ llegó el gol de Palermo, que empujó al fondo un centro de Vargas.

Y todo se hizo de Boca. Tanto, que a los 40′, tras otra gran pase de Riquelme, Palacio eludió al arquero y anotó el tercero.

Al Xeneize le alcanzó con el segundo tiempo. Por eso ganó cómodo y, de paso, lidera con el puntaje ideal.