Como una forma concreta de ejercer el derecho a la información y el fortalecimiento de la democracia, la Cámara Nacional Electoral habilitó a la sociedad civil a monitorear el desarrollo de los próximos comicios, a través de las organizaciones civiles, juveniles, estudiantiles y ONG que quieran hacer un seguimiento puntual del acto electoral, mediante "la búsqueda y obtención completa y exacta de información, y su análisis imparcial y profesional", según ha informado.
La acordada extraordinaria 128 del Tribunal Electoral, firmada la semana pasada por los camaristas Rodolfo Munné, Santiago Corcuera y Alberto Dalla Via, fundamenta la medida en el hecho de que las elecciones nacionales constituyen un proceso soberano y ciudadano, y que está en manos de la ciudadanía "la lealtad, la seguridad y la transparencia de los comicios" y por ello la posibilidad de controlar la legitimidad del acto comicial. En la práctica, se trata de una figura inédita en la Argentina, que ya la tienen otros países, como son los "observadores" independientes de la ciudadanía para monitorear un proceso electoral y hacer su evaluación al margen de los canales oficiales correspondientes, es decir un acompañamiento del cuerpo social a través de las organizaciones de base para comprobar la transparencia de la convocatoria.
Como manifiesta la Cámara, la sociedad civil tiene la posibilidad de coadyuvar al logro de elecciones auténticamente democráticas mediante la recolección sistemática, completa y fiel de datos, palabras que debe interpretarse como un respaldo a la garantía que ofrece un Estado de derecho en cada proceso electoral y fortalecida con un acampamiento cívico a cargo de la propia ciudadanía.
