Se conoció ayer en Santiago de Chile un principio de solución para el desarrollo del cuestionado proyecto minero binacional de Pascua-Lama, a través de la cordillera sanjuanina con el vecino país, al llegar a un principio de acuerdo las comunidades indígenas con la empresa Barrick Gold para destrabar el emprendimiento frenado por la justicia.

Los pueblos diaguitas del valle del Huasco no han renunciado a la demanda, según aclararon, sino han aceptado un memorando de entendimiento con la compañía, luego de cumplir con los trabajos ambientales. Pascua -lado chileno- está paralizado por la Justicia y el ente regulador medioambiental hasta que se construya un sistema para el manejo de aguas, obra contemplada en el permiso original, como también realizar consultas a las comunidades indígenas, según una resolución de la OIT sobre la cuestión laboral.

Si el acuerdo sigue en pie, Barrick sólo podría retomar la construcción del proyecto luego de que culmine con las obras exigidas y concluya la fase de diálogo, que podría contar con observadores nacionales e internacionales. Esto podría durar dos o tres años, e incluso más tiempo por la complejidad de la negociación que incluye regalías o compensaciones económicas a los lugareños.

Como el convenio no es vinculante, ambas partes se pueden retirarse del diálogo, con la posibilidad de que las comunidades afectadas inicien nuevas acciones. Este panorama viene a aclarar una realidad por la cual no deben crearse falsas expectativas en San Juan, afectada por el congelamiento del proyecto aurífero que lleva invertido más de 5000 millones de dólares y con serias consecuencias económicas y sociales en nuestra provincia.