Durante 40 años su música alegró a todos los que transitaban por calle General Acha entre Rivadavia y Laprida. Su ceguera de nacimiento hizo que jamás pudiera conseguir un trabajo estable por lo que tocaba el bandoneón en una de las veredas céntricas, a cambio de monedas, para mantener a su familia. Por su profesionalismo y aporte a la cultura fue declarado Ciudadano Ilustre en Caucete, su departamento natal, y fue uno de los personajes del año de DIARIO DE CUYO. Se trata de Marcial Cuello, que falleció el pasado 25 de mayo a los 90 años de edad.
En el 2007 Marcial dejó de tocar el bandoneón en el microcentro porque un ACV lo alejó de las tocadas callejeras, pero no de la música. Su esposa le regaló un órgano para que siguiera tocando para sus hijos y nietos, sus principales admiradores.
En un cuaderno tamaño oficio, con letra manuscrita y bajo el título ‘Historia de vida de un padre ejemplar‘, Viviana, la tercera hija de Marcial, escribió la historia de este músico: ‘Marcial Cuello nació el 19 de junio de 1922 en Caucete. A pesar de haber nacido ciego, creció como un niño normal, rodeado de amigos y afectos. Y supo convertirse en hombre, esposo y padre ejemplar. Escribo su historia para que quienes lo lean, sepan que su historia es real. Y no una telenovela‘.
