El terrible secreto se quebró el día que la víctima, con evidente retraso madurativo, visitó un Centro Integrador Comunitario de Pocito, y entonces se hizo obligación convertir su dramática revelación en un caso judicial, con una denuncia penal el 2 de mayo del año pasado. “Yo sentía asco, el propio padre con la hija me revolvía el estómago. Cuando me sentaba a comer no quería comer… me sentía encerrada, creía que me iba a volver loca”, declararía luego la víctima ante una psicóloga, en medio de un cuadro de angustia y agitación, según el expediente.
Los detalles de esa revelación fueron aún más estremecedores, porque los ultrajes sexuales sufridos a manos de ese hombre que la había criado desde que se quedó sin mamá a los 8 años, se habían prolongado durante 10 años: entre los 25 y los 35 años, la edad que tenía cuando el caso estalló.
Madre de tres chicos nacidos del concubinato con otro hombre echado “por vago” de la casa por su papá (identificado con sus iniciales A.R. para proteger a la víctima) la joven reveló que su propio padre comenzó a entramparla con amenazas y represalias, como no comprar las cosas que necesitaban en la casa o las que precisaban sus hijos, si no accedía a sus perversos instintos.
“Si querés que te compre un lavarropas haceme las cosas que te pido, haceme el amor”, le decía el acusado, según el expediente. Sin salida aparente, la joven fue ultrajada reiteradas veces a pesar de su repugnancia, y por eso en la casa aparecieron una cama, cuchetas para los chicos, un modular, una heladera, entre otras cosas compradas con el trabajo de albañil del sospechoso y la plata de la pensión por discapacidad de su hija, que él administraba.
Tras ser detenido el albañil, hoy de 65 años, apenas intentó justificarse con el inconsistente argumento de que quizás violaba a su hija, pero cuando estaba borracho y que por eso no lo recordaba. Pero las pruebas en su contra fueron contundentes y por eso resolvió con su defensor Leonardo Villalba, que lo mejor era aceptar su responsabilidad. Por eso acordó un juicio abreviado con la fiscal Alicia Esquivel Puiggrós en el que acepta 14 años de cárcel. Ahora, el juez Ernesto Kerman (Sala II, Cámara Penal) debe resolver.
