El 24 de setiembre del año pasado Adolfo "Gogo" Ruiz (51 años) salía del consultorio de una odontóloga en el centro de Caucete con la promesa de volver cinco días después. Fue alrededor de las 20 de aquel día que lo vieron salir de buen ánimo y con otra misión de ejecución inmediata: llevar a su amigo hasta un taller. Pero "Gogo" no llegó a ver a ese amigo y, lo más extraño, nunca más se lo volvió a ver. Ayer, casi un año después de la desaparición de ese hombre casado, padre de dos hijos, con un empleo en la Dirección de Arquitectura y un pasar sin sobresaltos (era dueño de una pequeña flota de camiones), el juez que investigaba sobre su paradero consideró que se agotaron todas las instancias para encontrarlo vivo, que el paso del tiempo sin encontrarlo y el nuevo cuadro de situación (la testigo que señaló a su pareja como quien mató y enterró a Ruiz), instalan la sospecha de que su desaparición no es voluntaria y puede estar ligada a una maniobra delictiva.

Según fuentes judiciales, esas consideraciones sobresalen en los argumentos que el titular del Primer Juzgado en lo Correccional, Enrique de la Torre, evaluó para resolver ayer que ya no debe seguir investigando (oficialmente es la primera vez que en el caso se habla de un crimen) y que debe intervenir un juez competente en hechos delictivos más graves: el titular del Cuarto Juzgado de Instrucción, José Atenágoras Vega.

En su resolución -precisaron las fuentes-, de la Torre cita un fallo de la Corte de Justicia de la provincia en alusión a que en caso de haber dudas y para evitar que se cometan futuras irregularidades, la competencia en la causa debe pasar al juez que investiga delitos más graves.

La investigación para dar con Ruiz retomó impulso el 15 de agosto pasado, cuando encontraron asesinada y enterrada a la jornalera Alejandra Bolaños (42) a un costado de la calle Enfermera Medina, en Caucete. Aquel hallazgo se había producido porque Mariela Gutiérrez (21 años, ex pareja de Bolaños) se quebró y confesó que con su nuevo concubino, Rodolfo Antonio Angulo (51) había resuelto matar a la mujer.

Y no sólo eso: en su relato, la joven también se despachó con la versión de que Angulo en una ocasión la amenazó diciéndole que la mataría y la enterraría como a Ruiz. Incluso, mencionó pozos y lugares del departamento San Martín donde podía estar bajo tierra.

Cuando conocieron ese dato, los policías de Caucete dirigidos por el comisario inspector Miguel Angel Jofré (jefe de la Regional Este) y el comisario Jorge Sánchez (jefe de la seccional 9na.), iniciaron la búsqueda en la zona de la gruta de "San Cono" y allí hallaron una soga, una bolsa y gusanos. Luego concentraron sus esfuerzos en un viejo aljibe de una ex calera donde ahora se celebra el "Belén Viviente", a unos 500 metros del complejo San Ceferino y allí, el último sábado, encontraron seis bolsas repletas de huesos de animales mezclados con tierra. Entre los huesos hubo dos que dejaron dudas: parecen omóplatos humanos pero un especialista tiene la última palabra.