�Los más de 240 invitados vivieron con intensidad la degustación dirigida y como recompensa esperaron el tradicional almuerzo de camaradería que se brinda como broche de cada edición de la Evisan. Esta vez el menú tuvo tintes clásicos y un “toque” moderno.
Es que para la recepción, los alumnos y profesores de la carrera de Gastronomía, de la Universidad Católica de Cuyo, a cargo de esta tarea, sirvieron tostones de pan de campo con pasta de pimientos y alcauciles. En tanto que para la entrada, los invitados saborearon quesos artesanales y una variada tabla de fiambres. Mientras que el esperado plato principal llegó cerca de las 13,30 horas y fue un delicioso pollo al disco preparado al jerez y acompañado con vegetales variados. Claro faltaba algo, el postre: ni más ni menos que cheesecake de zapallos en almíbar con reducción de Chardonnay. Por supuesto, todas las mesas estuvieron abundantemente “regadas” por los mejores vinos de esta añada, que a esa altura del mediodía sanjuanino no sólo se saborearon, sino que también se bebieron.
