Tras pasar 30 años en prisión, Mehmet Ali Agca, el turco que intentó asesinar al papa Juan Pablo II en mayo de 1981, dejará la cárcel de Ankara mañana con ambiciosos proyectos, entre los cuales rodar un filme y escribir un libro sobre su agitado pasado del cual todavía guarda muchos secretos.
A sus 52 años, Agca ha recibido ofertas tentadoras del mundo de la edición y del cine, las que estudiará una vez haya salido de la prisión y tiene planeado casarse, según reveló su abogado, quien también adelantó que Ali está bien de salud "físicamente y mentalmente".
El jurista indicó que su cliente recibió más de 50 ofertas para libros, filmes y documentales, y que las negociaciones llegaban a su fin.
La salida de la cárcel de este terrorista turco que estuvo a de punto de matar en 1981 a Juan Pablo II, devuelve a la actualidad un atentado sobre el que se han escrito ríos de tintas y que, según ha mantenido siempre el Vaticano, no se produjo por "casualidad".
Agca, que a lo largo de los 30 años transcurridos se encargó de confundir con declaraciones contradictorias, guarda muchos secretos.
Según dijo recientemente el magistrado italiano Ferdinando Imposimato, que investigó lo ocurrido en la tarde del 13 de mayo de 1981 en la plaza de San Pedro del Vaticano, "sabe todo sobre los servicios secretos que estuvieron detrás del atentado".
En 2006, el presidente de la comisión parlamentaria italiana que investigaba el llamado "caso Mitrojin" (sobre los espías que trabajaron para el KGB soviético) Paolo Guzzanti, detrás del atentado estuvo el servicio de espionaje militar de la extinta Unión Soviética (URSS) y los servicios secretos de la Alemania del Este y de Bulgaria, la llamada "pista búlgara".
Guzzanti afirmó que su comisión consideraba que los dirigentes de la URSS "tomaron la iniciativa de eliminar al Papa Wojtyla y la transmitieron al GRU -el servicio secreto militar- para que adoptara todas las operaciones necesarias para realizar un delito de una gravedad única".
El diario vaticano "L’Osservatore Romano", por su parte, siempre ha mantenido que lo que ocurrió aquella tarde no se puede considerar que fue por casualidad: Para muchos Juan Pablo II, el Papa polaco que jugó un papel de primera línea en la caída del comunismo, era un "Pontífice molesto", al que muchos deseaban "quitarle de en medio, aunque no lograron callarle la voz".
El atentado se produjo cuando Karol Wojtyla celebraba la audiencia pública de los miércoles en la plaza de San Pedro.
De entre los miles de presentes se alzó la mano de Agca, que le disparó varios tiros. Uno le alcanzó el abdomen y otro resbaló.
Trasladado inmediatamente al policlínico Gemelli de Roma casi desangrado, el Papa fue sometido a una delicada operación y salvó la vida.
Juan Pablo II siempre mantuvo que se salvó gracias a la Virgen de Fátima, cuya festividad se celebraba ese día, y afirmó que una mano disparó (la de Agca) y otra (la de la Virgen) desvió las balas.
El turco, que fue detenido inmediatamente y condenado a cadena perpetua, ha pasado todos estos años encarcelado.
Hasta el año 2000, cuando fue indultado por el por entonces jefe del Estado italiano, Carlo Ciampi, en cárceles italianas, y desde entonces -hasta mañana-, en centros penitenciarios turcos, donde cumple una condena por el asesinato de un periodista de ese país.
Se asegura que Ali Agca, que fue perdonado por Juan Pablo II, fue reclutado por los servicios secretos búlgaros, la famosa "pista búlgara", presuntamente ordenada por el KGB soviético.
En 1982, un año después del atentado, Agca acusó a Sergei Antonov, ex jefe de las líneas aéreas búlgara "Balkan Air" en Italia, de ser la persona que debía esperarle tras el atentado cerca de la plaza de San Pedro, para facilitarle la huida.
Antonov fue juzgado y absuelto debido sobre todo a las continuas contradicciones de Ali Agca.
La "pista búlgara" nunca se ha podido demostrar. El mismo Juan Pablo II dijo en 2002 durante su visita a Sofía que jamás creyó en esa hipótesis.
Los obispos turcos, ante la repercusión mediática que tuvo en 2006 la puesta en libertad de Agca, aunque después volvió a la cárcel, advirtieron del riesgo de convertir al ex terrorista del grupo ultraderechista turco Lobos Grises, en "héroe".
A punto de salir de la cárcel, Agca está decidido a sacar provecho del atentado. Según un diario británico, está dispuesto a dar entrevistas televisivas y contar en un libro la "auténtica verdad, con muchas revelaciones", previo pago de millones de dólares.
