El histórico Calypso, el barco con el que surcó los mares el comandante francés Jacques-Yves Cousteau, será subastado por los astilleros que lo reparaban después de que los herederos del difunto buceador no hayan hecho frente a los pagos adeudados.
Los astilleros Piriou anunciaron la decisión de enviar una orden de embargo a la fundación ‘Équipe Cousteau‘ de la segunda esposa del científico marino para sacar a puja el navío, que descansa en un hangar de la costa bretona desde 2007.
La noticia llega después de que se agotara el plazo que el Tribunal de Rennes había dado a los dueños de ‘Calypso‘ para abonar unos 273.000 euros a los astilleros y rescatar el que fuera un buque antiminas de fabricación británica, de 42,3 metros de eslora, que sirvió en la Segunda Guerra Mundial.
El barco, que Cousteau empezó a utilizar en 1950 y que de 1956 a 1996 convirtió en su laboratorio oceanográfico y escenario para sus conocidos documentales, estaba destinado a convertirse en un museo itinerante.
Pero las batallas judiciales entre los herederos del comandante, las dificultades para recaudar fondos durante la crisis económica y los reiterados cambios de planes sobre la embarcación de la última esposa del marino elevaron la factura de su planeada reconversión hasta unos inabordables 8 millones de euros.
‘Vamos a hacer lo necesario para tener las manos libres legalmente y encontrar la mejor solución, que nos permita recuperar
la suma que se nos debe y liberar nuestros locales, pero también, lo espero profundamente, dar al ’Calypso’ un futuro digno de su leyenda‘, declaró el presidente de los astilleros, Pascal Piriou.
‘El ’Équipe Cousteau’ está sereno y comunicará en el momento adecuado las informaciones relativas a un futuro positivo
para el ’Calypso’. Nada negativo le ocurrirá‘, indicaron los propietarios de los derechos de imagen del comandante.
Parte de esa leyenda la construyó la televisión, gracias a los grandes documentales de Jacques-Yves Cousteau, el hombre que
revolucionó y popularizó el buceo moderno, y también a través del cine, con el rodaje en la embarcación de la película ‘Le monde du silence‘, premiada con la Palma de Oro del Festival de Cannes en 1956.
Como consecuencia de esta batalla judicial que se anuncia interminable, el Calypso está varado en un astillero de Concarneau, en la Bretaña francesa. La familia no se hace cargo de la embarcación. El embrollo comenzó en 2007, diez años después de la muerte de Cousteau.
El Calypso había naufragado en el puerto de Singapur y terminó recalando en el puerto bretón de Concarneau. Allí, a demanda de la familia, se empezó a restaurar el barco con la idea de convertirlo en museo. Dos años después empezaron los problemas. Los trabajos se paralizaron.
Los propietarios del Calypso culpan al presidente del astillero, Pascal Piriou, de haber hecho mal su trabajo. Piriou asegura que son los propietarios los que cambiaron de idea de la noche a la mañana cuando los nuevos materiales ya se estaban utilizando. Imposible o muy costoso convertirlo en un museo flotante.
Tras una larga batalla judicial, el Tribunal de Apelación de Rennes dio la razón a Piriou. En diciembre pasado dictaminó que los herederos de Cousteau deben pagar al astillero 273.000 euros más 2.580 mensuales desde septiembre de 2013 y fijaba el 12 de marzo de este año como fecha límite para que su viuda, Francine Cousteau, se llevara el buque a otro sitio.
El 16 de marzo, y a la vista de que nadie se ha hecho cargo, se anunció su embargo.
‘Prefiero verlo hundido con honores que transformado en museo’, había dicho Cousteau.
