Todo era normal en el Gigante de Arroyito pero cerca de los 15 minutos del segundo tiempo, la violencia copó la parada porque sin justificación alguna, desde la platea de Central arrojaron un proyectil que impactó en la cabeza del técnico de Tigre, Gustavo Alfaro, que cayó desplomado con evidentes signos de dolor. Lo insólito fue que después de haber sido atendido, el juego se reinició y culminó.