Para describir el proceso, el investigador Martín Falchi explicó con el ejemplo de una planta mostera: "El orujo se utiliza como combustible sólido para alimentar las calderas que generan el vapor necesario para los concentradores de mosto. De esta manera la industria del mosto podría lograr el autoabastecimiento energético, debido a que sus propios residuos tienen valor como combustible industrial".

"Esta inversión se justifica en todos los casos donde haya calderas que consuman gas o fuel oil, y a la vez existan residuos biomásicos factibles de ser combustionados. Además de que se consiguen ahorros económicos muy importantes, otra ventaja es la posibilidad de disponer de combustible en tiempo y forma, ya que son frecuentes las restricciones de gas en invierno que alteran los planes de producción de las empresas", afirmó.

El tema espacial es importante considerar. Una caldera de este tipo ocupa un 30% más de espacio que una alimentada a gas, por la presencia de la cámara de combustión donde se quema la biomasa. También hay que proveer las instalaciones necesarias para el movimiento interno de la biomasa, como ser cintas transportadoras, tolvas, y palas.

Biomasa y vitivinicultura

Para evaluar su potencial en San Juan Suplemento Verde de DIARIO DE CUYO consultó al licenciado en enología Dante Heredia, quien explicó: "Hoy el avance de las tecnologías permite la generación de energía tanto térmica como eléctrica en base a residuos. Por ello no puede San Juan escapar a esto, tanto más si la producción de materia prima para la generación de biomasa es importante como son los orujos, residuos sólidos de bodegas y residuos de poda en la vitivinicultura, todos los residuos de la olivicultura, rastrojos del sector hortícola, entre otros".

En base a los datos de Falchi, Heredia ejemplificó sobre el sector vitivinícola tomando como base un ingreso medio de 600 millones de kilogramos de uva a bodegas, y podríamos obtener 150 millones kilogramos de orujo. Este volumen permite producir energía calórica equivalente a la obtenida de 35.700 decámetros cúbicos de gas natural por un valor de U$S 7.854.000. O también 31.200 toneladas de fuel oil por un valor de U$S19.032.000.

"Es decir sólo al reemplazarlo al gas nos da un equivalente a $ 68,5 millones, y si lo comparamos con el operativo de compra de uva de este año se puede magnificar mejor estos números. Además recordemos que prácticamente este subproducto tiene poco uso y el ahorro que significaría en las empresas este reemplazo es altamente significativo. Por supuesto a esto le podemos sumar otros subproductos sólidos de las bodegas, como residuos de carbón activado por ejemplo; y debemos tener en cuenta que también hay un aporte significativo de restos de poda, los cuales incluso tienen mayor valor calórico que el orujo".