En membrillos, el departamento cuenta con más de 500 hectáreas implantadas, y es el referente en San Juan. En cuanto a lo positivo está el valorable trabajo del Procal y un grupo de entidades mixtas para lograr la Indicación Geográfica del Dulce de Membrillo Rubio, que traerá aparejado una buena comercialización, renombre y mejoras al sector. En lo negativo, está la falta de continuidad en los tratamientos de manejo integrado de plagas, para esta pomácea, ya que más allá de los aportes y el trabajo de la Dirección de Sanidad Vegetal provincial, con alguna ayuda del municipio, en general, los agricultores el año en que no son ayudados oficialmente, no pulverizan por su cuenta. Se ha avanzado, y es un sector potencialmente atractivo.
En tomate para industria, muchos recuerdan los años buenos de la fábrica Clancay. Fue en 1948, cuando el empresario Huberman, de Buenos Aires, luego de dos años logró construirla. Hubo un gran movimiento que revolucionó al departamento, trabajando unos 6-7 años a full. Luego de intermitencias, una cooperativa tomó las riendas y la reorganizó, trabajando unos 5 años más. Llegaron a moler 7.000.000 de kilos de tomates, que se enviaban a todo el país. Se fueron sumando hectáreas en Jáchal, totalizando más de 500 en el año de mayor actividad. Luego bajó estrepitosamente la labor de la fábrica y el cierre, causó una grave crisis socioeconómica, ya que unos 200 operarios trabajaban en temporada primavero-estival en la Clancay. Luego de varios intentos, se claudicó en la intención de reactivarla.
Y aquí lo destacable fue desde 2008 a 2015 el proyecto en el que participó el Ministerio de la Producción, la Secretaría de Agricultura, el Municipio, la empresa agroindustrial Prune y la minera Barrick, que conformó un cluster de producción y comercialización de tomate seco. Llegaron a tener 19 productores agrupados. Se armó un secadero natural en Tamberías, donde trabajaron en su momento pico 50 personas en el verano (principalmente mujeres). Hubo plantaciones en Villa Mercedes, El Médano, Gran China, San Isidro, Tamberías y Niquivil. Se plantaban más de 40 hectáreas por temporada. Alberto Rey, a cargo del secadero, dijo en una oportunidad a Suplemento Verde, "si hubiera dos emprendimientos agroindustriales más en este departamento, cambiaría mucho la cara de los habitantes".
Un gran potencial tiene Jáchal, un sitio de una enorme belleza natural, con un futuro promisorio. Pero falta esencialmente un plan mixto de agricultura, ganadería e industria serio, a corto y mediano plazo que ordene qué y cómo hacer. En él deben participar entidades públicas y privadas, con objetivos claros, orientación constante y evaluación permanente.
