Por cómo se dio y la urgencia de triunfo de San Martín, lo del viernes ante Olimpo fue admirable. Se festejó como si hubiese mantenido la categoría. Y es que realmente ese triunfo puede terminar siendo el que le dé continuidad al Verdinegro en Primera. Fue una muestra de orgullo y compenetrados en querer quedarse en la categoría. Revertir un 2-0 cuando parecía algo utópico, el milagro llegó. Aunque no todos los partidos, en realidad los tres que le quedan, se pude seguir implorando, rezando y esperando otro milagro.
Se ganó el partido clave y sirve en lo anímico mucho más que tres puntos. Fue el encuentro del convencimiento. Aunque de cara a lo que se viene tiene que añadirle juego, creación, concentración y sobre todo profundidad para convertir lo que genera y no sufrir tanto. Sufrimiento que lo puede condenar con el golpe más duro por inocente e ingenuo en el área rival.
El amor propio lo sacó a relucir, tarde para algunos, pero es valedero para esta recta final y realmente durísima. Ahora tiene que sumarle creación para hacer un combo ideal para conseguir su sueño. El viernes tuvo la pelota y recorrió la cancha, pero no fue dominador del partido.
Abusó del pelotazo y por momentos la redonda fue del fondo a la ofensiva, salteando el lugar donde todo se genera y la claridad aparece. El sector izquierdo de la defensa sigue siendo el punto débil y el rival sabe que por ahí lo puede vulnerar y herir. Así llegó uno de los goles y no fue el primero en esta temporada.
En el medio, Mauro Bogado bajó su rendimiento, despliegue y eso el equipo lo sintió. El retorno de Damián Canuto es intermitente cuando al volante le sobra con su sello para guiar al equipo. Mientras que el real conductor del equipo desde que llegó Facundo Sava, es decir Marcelo Carrusca, no termina de serlo en plenitud, ya que cuando aparece le da claridad y de su zurda sale una jugada limpia y con profundidad. Adelante, que Sebastián Penco y Gastón Caprari hayan vuelto al gol es fundamental para retomar la confianza en el área cuando el equipo más los necesita.
En definitiva, la garra, corazón y todo los calificativos heroicos hoy le caven al Verdinegro, pero tendrá que adosarle la cuota de fútbol.
