El sector nuclear debe al menos duplicar su aporte a la matriz energética de Argentina, saturada por el incremento de una demanda creciente que no fue acompañada por nuevas inversiones, y que es excesivamente dependiente de los combustibles fósiles.

Actualmente, la energía nuclear aporta alrededor de un 6%, con dos plantas operativas en el país, y el Gobierno busca aumentar ese porcentaje llevando a cinco el número de centrales nucleares.

“La energía nuclear representa en realidad, en generación de energía, entre el 6 y el 8%. Sería deseable que esto se pudiera elevar al 15, al 20%, pero esto es un proyecto de largo plazo”, dijo Daniel Montamat, economista y ex secretario de Energía.

Las otras dos fuentes de generación de energía eléctrica son de origen fósil -gas y petróleo-, con un 59%, e hidráulica, con un 35%, según datos de la CNEA.

“Las reservas han caído en los últimos 20 años en forma alarmante. Argentina hace 20 años tenía 30 años, una relación entre reservas y producción, en un país que se consideraba un país gasífero. Y en el 2010 Argentina tiene menos de siete años de reservas”, dijo el ex secretario de Energía Jorge Lapeña.

“En el caso del gas, se importa alrededor del 10% pero representa un tercio del costo total.

La explicación es que la importación cuesta entre cuatro y cinco veces el precio que se paga al productor local.