1 Los tribunales deben ser mucho más imaginativos de lo que han sido hasta ahora y abandonar la vieja práctica de que los fiscales sienten que no deben ir a juicio hasta que no tienen las pruebas suficientemente abrochadas. Hay que ser más prácticos y hay que ir a juicio con lo que uno tiene. Los tribunales los mensajes que deben mandar a los fiscales y a los tribunales inferiores es que la instrucción debe ser una cosa realmente preparatoria y coordinar con el fiscal del juicio desde el primer día cuál va a ser la prueba válida. Es preferible que la persona tenga una condena menor pero que sea efectivamente condenada, y no esta situación de que el grueso de la población carcelaria está en prisión preventiva. 2- Yo creo que es bastante razonable lo que rige. Se podría pasar a 3 y medio, a 4 años, pero el mensaje debe ser distinto: no agregar una cantidad de tiempo sino agilizar la instrucción preparatoria y que los fiscales lleven a juicio con las pruebas fuertes que tienen. 3- El tema es mucho más grave y es con qué proceso los van a juzgar y cuál va a ser el lugar de detención de los menores, porque si van a estar a partir de los 14 años en las condiciones en las que por ejemplo están en los institutos de menores de Capital Federal, entonces estamos mucho peor, porque estamos adelantando el problema dos años más. 4- Ayudaría a que la policía actúe en consonancia con los fiscales, si por eso se entiende policía judicial, que tampoco en Capital Federal funciona. El fiscal tiene que estar mano a mano con la policía para entre ellos desarrollar las pruebas, la investigación. Y para la policía sería muy bueno que un fiscal estuviera encima de ellos para vigilar la legalidad de los procedimientos. 5- El presupuesto es básico. No hay cosa peor y que desencante más a la población que un régimen procesal novedoso que termine no funcionando. Es básico crear nuevos sistemas que tengan los medios para llevarlos a cabo. Es preferible juzgar menos gente, pero bien. 6- La salida transitoria debe ser muy vigilada. En Buenos Aires hubo un hecho terrible de una persona que salió con el sistema de la pulsera y después se determinó que el control de la pulsera dependía de que el imputado pagara la cuenta de teléfono. No podemos crear sistemas de libertad alternativa si no tenemos los medios para controlarlos. No sé en Argentina, pero en Capital Federal y Buenos Aires están faltando.
