Bruselas, la principal sede administrativa de la Unión Europea, elevó al máximo nivel su alerta terrorista ante el riesgo ‘inminente‘ de un atentado ‘similar al de París‘, por lo que han tomado medidas de seguridad que mantienen paralizada toda la ciudad. El aumento al máximo nivel de la alerta terrorista en la capital belga responde a informaciones que advierten del riesgo de un atentado por parte de ‘distintas personas, con armas y explosivos, quizá en diferentes lugares‘, informó ayer el primer ministro belga, Charles Michel, en una conferencia de prensa.
Existen datos que alertan ‘de un atentado similar al de París‘, que podría dirigirse contra medios de transporte públicos o calles y centros comerciales, así como grandes acontecimientos que reúnan gran cantidad de personas, precisó Michel.
El Centro de Crisis belga anunció en la madrugada la elevación del nivel de alerta de 3 a 4, una medida excepcional que sólo se ha aplicado en dos ocasiones anteriores, y que ha sorprendido a la ciudadanía que ayer amaneció con la ciudad paralizada. Además, Michel precisó que las medidas se dan en cuatro ámbitos: reducción del número de eventos que aglutinen muchas personas, desmovilización del transporte público, refuerzo en el despliegue de las fuerzas de seguridad y la apertura de una línea telefónica, 1771, para contactar con un centro de crisis. Tras el anuncio, se han cerrado las líneas de subte, shoppings y museos a la vez que se han cancelado conciertos y otros eventos similares que aglutinen muchas personas. También, algunos bares, cines, y sitios turísticos como el Atomium, símbolo de la exposición universal de 1958, o el centro para visitantes del Parlamento Europeo y el Parlamentarium. La única excepción fueron algunos partidos de fútbol de la primera y segunda división, que pese a las advertencias del Centro de Crisis, se jugarán este fin de semana.
Bélgica quedó en el medio de las preocupaciones europeas luego de que las autoridades francesas dijeran que en ese país limítrofe se planearon en parte los ataques del viernes 13 de noviembre en París, que dejaron 130 muertos y 368 heridos.
El fiscal general de Francia, Francois Molins, dijo que se comprobó que en Bélgica se alquilaron dos de los tres autos usados por los tres comandos que cometieron los atentados en la capital francesa, que fueron reivindicados por el grupo Estado Islámico (EI).
Ayer, el diario belga Derniere Heure informó que las fuerzas de seguridad descubrieron un importante arsenal de productos químicos y explosivos durante un operativo realizado a última hora del viernes en el municipio bruselense de Molenbeek.
En esta localidad suburbana, considerada por muchos como una de las principales bases del islamismo radical en Europea, vivieron el cerebro de los atentados en París, Abdelhamid Abaaoud, muerto días atrás en Francia, y dos de los autores de los ataques. Uno de ellos, Salah Abdeslam, es el único partícipe de los ataques que continúa prófugo con pedido de captura europeo e internacional.
En tanto, en el resto del país se mantiene el nivel tres de alerta, que se aplica cuando se cree ‘posible y probable‘ que haya un atentado.
