Aquella etapa histórica argentina que algunos historiadores han denominado con el lamentable epígrafe de la "década infame”, debido a la corrupción política imperante, también contiene otros tipos de sucesos aciagos, que por eventualidad sucedieron en esos años. Uno de ellos es la trágica muerte de la magistral poetisa Alfonsina Storni, quien el 25 de octubre de 1938 se suicidó, internándose en las eternas aguas del mar, o como dice metafóricamente la bella zamba de Ariel Ramírez y Félix Luna, se fue "vestida de mar”.

Retrotrayéndonos casi medio siglo atrás, vemos que esta genial figura, nació en mayo de 1892, en un vistoso pueblo de la Suiza italiana, rodeado de bellas montañas, y valles, paisaje con similitudes al nuestro, donde luego viviría algunos años.

Poco tiempo después, por variados motivos, Alfonsina llegará a su tierra definitiva, la Argentina. Siendo ya una niña la vemos en nuestro querido San Juan, tierra que ella siempre recordará y añorará en sus escritos y memorias. Es aquí donde aprendió sus primeras letras, en la Escuela Normal. En este establecimiento, sus maestras tuvieron el privilegio de instruirla y formarla, sin saber el prestigioso destino que tendría la niña. Se dice que fue una pequeña precoz, actuando con notable naturalidad en diferentes actos escolares y declamando con pasión algunos poemas. De esta etapa de su vida en nuestra tierra, llenos de sorpresas y de aprendizajes, Alfonsina, años más tarde expresaría con gran sentimiento: "estoy en San Juan, tengo cuatro años; me veo colorada, redonda, chatilla y fea. Sentada en el umbral de mi casa, muevo los labios como, leyendo un libro que tengo en la mano y espió con el rabo del ojo el efecto que causó un transeúnte…”. Se apunta que su hogar estuvo situado sobre la calle 25 de Mayo, en el departamento de Concepción, tal vez en la actual esquina de esta arteria y calle Mendoza. Así también hay datos que por el fondo de su casa corría un ancho canal. Sin embargo Alfonsina y su familia tuvieron que abandonar esta tierra y marcharse, por motivos laborales. En 1901 la familia Storni se instaló en Rosario y tuvo que soportar tiempos de pobreza. Ya, con doce años, su pluma produjo algunos versos, paralelamente con su deseo de ser actriz. No obstante estos deseos no progresaron y luego de concluir sus estudios como maestra rural, se fue a Buenos Aires. Su primera poesía fue "La inquietud del rosal” que la escribió para "no morir”. Así comenzó su prolifera producción literaria que logró hacer estremecer el alma, nos sólo del gran público, sino también, de los grandes literatos de la época.

El hecho de haber sido madre soltera, en una época marcada por una moral hipócrita y pacata, que discriminaba a la mujer, la impulsó con fuerza a salir en defensa de sus pares, en un mundo dominado por el machismo.