Según la última información sobre la situación laboral en el país, realizada en el segundo trimestre de este año por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), el 34,5% del trabajo remunerado no está registrado, es empleo informal o comúnmente llamado en "negro". El organismo señala que la incidencia del empleo no registrado se mantiene por encima de un tercio del total de los asalariados: se trata de un fenómeno de impacto muy negativo en la economía del país, afirma.
Otros datos del Indec, correspondientes al cuarto trimestre del 2012, señalan que el 60% del empleo no registrado en el sector privado es generado por empresas con menos de 5 trabajadores. Otro 19% del trabajo en negro en ese sector se da en empresas con entre 6 y 10 trabajadores, de manera que el 79% se encuentra trabajando en firmas con menos de diez trabajadores.
Esto expresa que las pequeñas y medianas empresas (pymes) son las mayores generadoras de fuentes de trabajo en el país, pero por sus estructuras financieras, muchas veces débiles, de cada diez empleos que crean, ocho están en negro. En ese sentido el Instituto para el Desarrollo Argentino (Idesa) sostiene que no hay posibilidades de inducir a la formalización en las microempresas si no se simplifica y modera la carga tributaria que implica tener a los trabajadores registrados.
Una forma de aligerar esta enorme carga empresaria es la creación de un "’monotributo laboral”, ya que la alta propensión a generar empleos por fuera de la legalidad obedece a una multiplicidad de factores, pero en términos de importancia un rasgo decisivo es la fuerte asociación entre informalidad laboral y tamaño de la empresa.
