Hace nueve años que vive fuera de su Argentina querida. Carlos Nuñez, un reconocido jugador de hockey sobre patines que salió de la cantera de Loma Negra y vive actualmente en Alemania, experimentará por segunda vez en su vida el ver un Mundial de fútbol con un cruce entre su país y en el que vive. Esto no suena tan loco, pero si se tiene en cuenta que su novia de hace cinco años y medio, Anna Voigt, es alemana, cambia un poco la historia.
"En el Mundial del 2006 (cuando Alemania eliminó a Argentina en cuartos de final) vimos el partido juntos en un restaurant tipo español, y obvio yo tenía puesta la camiseta de Argentina. Cuando terminó el partido quería meter mi cabeza bajo tierra", recordó Carlos entre risas, aunque aclaró que "la gente me saludaba muy bien y me decían que lamentaban que hubiera perdido Argentina, incluso también otros se acercaban a saludarme y a decirme que mi selección había jugado bien a pesar de la derrota".
El jugador, de 26 años, es fullback y actualmente se desempeña en el Erg Iserlohn, en el estado que lleva su mismo nombre, Iserlohn. "Hace ocho temporadas que juego allí. El primer año que jugué nos fue mal pero el resto siempre fuimos semifinalistas y de las cuales tres veces nos consagramos campeones", señaló Carlos, que hace un par de meses se recibió en la Universidad de reparador de aires acondicionados e industria.
A Carlos le costó un poco adaptarse a las costumbres alemanas, sobre todo por el idioma. "Cuando me ofrecieron irme tuve que hacer un curso de alemán. Allá hice otro y de a poco fui aprendiendo más. Eso fue lo que mas me costó. La comida no tanto, lo que sí allá se come con poca o nada de carne. Se consume mucho pescado o pollo. Pero yo podría decir que como acá (por su país) no se come nunca. Cuando vengo me devoro todo y aprovecho los asados ya que allá no son iguales", reconoció el jugador quien comentó que "en Alemania soy conocido por "El Núñez" más que por mi nacionalidad".
Anna, de 28 años, es la tercera vez que visita San Juan. "Es muy linda", señaló la germana que hace un mes se recibió de farmacéutica. Su castellano no es muy fluido, pero sí entiende todo lo que los demás dicen. En cuanto a la comida, señaló que "el asado es lo más rico. El mate no me gusta, nosotros no tomamos eso". Respecto a los mundiales, Carlos comentó que recién desde el 2006 se festeja este acontecimiento en el país europeo con banderas. "Antes no se salía a las calles a festejar con banderas o ver los partidos en pantallas grandes que pusieran en la calle. Lo que pasaba es que si una persona tenía una bandera era como un simbolismo de los nazis. Lo que me contó un poco mi novia fue que esto se cortó por una cuestión comercial ya que empezaron a venderles banderas a cualquier persona y allí comenzaron a festejar y a verlo como algo normal".
En cuanto al próximo partido de la selección, el sábado a las 11 se mide con Alemania, el sanjuanino señaló que lo verá con sus amigos de la infancia y con su novia. "Seguro me voy a la casa de la madre de uno de mis amigos, Julio Videla. Nos vamos a juntar a ver tranquilos el partido. Yo quiero que gane Argentina", señaló el jugador quién retornará al país germano el 16 de julio.
