El plato político fuerte de a visita de la presidenta Cristina Fernández a Chile era conseguir una manifestación pública, inequívoca por parte de su par, Sebastián Piñera, de respaldo pleno a la soberanía argentina de Malvinas en medio de algunos coqueteos de Chile con Gran Bretaña. Y aunque no se sabe en qué términos se abordó, después el tema puertas adentro del Palacio de la Moneda, lo cierto es que Cristina logró su cometido pocas horas después de pisar el suelo de Santiago.
“Quiero reiterar una vez más el más firme respaldo a los legítimos derechos de soberanía de Argentina sobre las islas Malvinas, Georgia del Sur y Sandwich del Sur”, dijo Piñera durante el brindis de la cena privada que ofreció la noche del jueves en honor de CFK.
Al “honrar la memoria de los héroes caídos” en la guerra de las Malvinas, ocurrida hace treinta años, Piñera enfatizó que la posición de todos los gobiernos democráticos chilenos ha sido la de apoyar a Argentina en el litigio que mantiene con el Reino Unido.
“Ésta es la posición que mi gobierno y gobiernos anteriores siempre han expresado en todos los foros internacionales en los que hemos podido levantar nuestra voz”, recalcó.
Tamaña manifestación de mandatario trasandino fue a la medida de la estrategia y espectativas del Gobierno argentino que no había podido ocultar su malestar por los viajes aéreos regulares que actualmente unen el continente chileno con las islas Malvinas.
Cuando inauguró recientemente el período de sesiones ordinarias del Congreso, Cristina propuso sustituir el vuelo semanal que realiza la empresa chilena LAN a las Malvinas por tres con la misma frecuencia con partida desde Buenos Aires y con aviones de Aerolíneas Argentinas. Actualmente, Chile es el único país sudamericano que tiene vuelos comerciales al archipiélago.
Cristina agradeció tanto la noche del jueves como ayer “el apoyo de la hermana República de Chile” y subrayó que la causa de la islas Malvinas ha dejado de ser sólo de los argentinos.
“No se trata sólo soberanía territorial, no se trata sólo de demostrar el anacronismo que supone mantener soberanía sobre un territorio que está a más de 14.000 millas” de la metrópoli, dijo.
“Se trata de defender nuestros recursos, porque las grandes potencias, cuando quieren recursos, van por ellos estén donde estén”, advirtió la Presidenta, quien agregó para graficar la situación: “cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar”.
Fernández calificó de ‘afrenta‘ la posición británica sobre la soberanía de Malvinas y denunció que el Reino Unido se aprovecha de su condición de miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU para bloquear cualquier eventual resolución del organismo supranacional sobre la reivindicación argentina.
