Haber caído ante Instituto marcó que San Martín, el sólido y único puntero de la B Nacional, no pudo ampliar la ventaja con sus seguidores a 6 puntos, porque lo demás será fácil de digerir. El momento y las caras largas en el vestuario cordobés fueron lógicos de un equipo que no se conforma con haber hecho un buen partido, porque siempre quiere más, va por más, y no esperaba retornar a la provincia con las manos vacías.

Pero esto, de perder fuera de casa, iba a suceder en algún momento y cayó en el mejor momento. Cuando el equipo está convencido de lo que debe hacer y sabe cómo ponerlo en práctica. Porque nunca se salió de su libreto, y su juego vistoso es el más apreciado y destacado en la categoría que recibe todo tipo de elogios. No en vano Claudio Vivas, el entrenador de Instituto dijo el lunes que “le ganamos al mejor equipo”.

Y eso marca que la propuesta de Franco ya está internalizada. El equipo sale siempre jugando, incluso cuando esta presionado en el fondo, abre la cancha, toca, nunca mete un pelotazo, se desmarca rápido, tiene profundidad, crea situaciones y todos están en la misma sintonía, y eso hace que Vivas haya tirado elogios hacía el equipo.

Eso mismo que marca que desde hace varios partidos para atrás, los rivales se tomen más tiempo de lo común para analizarlo y encontrarle cómo contrarrestar su andamiaje y de hecho Instituto supo como hacerlo cerrando los laterales y obligándolo a dividir la pelota en el medio donde puso mucha gente de marca y recuperación.

Franco es un técnico que no se guarda nada y va por más, que si algo le sale mal redobla la apuesta. El ejemplo fue tras la expulsión de Barreiro, que sacó un defensor para meter a otro delantero (Poggi).

Claro que un punto negativo ante la Gloria hubo, que fue la eficacia, porque tuvo opciones más que claras como la Roberval, Scatolaro y un frentazo de Penco que no se puede perdonar, y quizá eso sea lo único que Franco haya sentido.

Porque lo demás fue sin fisuras. En el arco Pocrnjic es lejos lo mejor de la categoría. En el fondo tanto Acosta como Floris son salidas, la entregan redonda y no deben esforzarse demasiado en la marca por el trabajo de los del medio. Los centrales Grabisnki y Sosa se van consolidando y esa mezcla de experiencia con personalidad les da réditos.

En el medio, Alderete rompe con todo y es ese jugador molesto que te come los pies. Videla aparece en los momentos cuando el esfuerzo doble hace falta y Scatolaro es la cabeza y quien marca los tiempos del equipo.

Arriba, ya por el sólo hecho de tener tres marca su ambición y propuesta. Barreiro y Roberval siempre encaran con velocidad, gambeta y decisión, y Penco es el pescador que juega y hace jugar, porque cabecea en las dos áreas, aguanta y corre todas (además de ser el goleador).

Este equipo tiene equilibrio y recambio. Porque ahora se vendrá seguramente otra oportunidad para Poggi, lo que se espera de Messera que ya lo demostró ante Boca Unidos con sólo un tiempo, por nombrar un par de jugadores que no romperán con la idea del técnico, como a cada uno que le toca ingresar.

Por Sebastián Marengo