Casi a pedido de su sello discográfico, Andrés Calamaro tomó su disco quíntuple "El Salmón" -ese trabajo cargado de "texto", con el que quiso nadar contra la corriente- y eligió 49 temas a los que le sumó cinco inéditos. Así salió "Salmonalipsis Now", que casi estuvo a punto de naufragar por su enojo con su sello, en el que recupera lo mejor de aquella paradigmática obra que vio la luz hace poco más de una década -más o menos el tiempo que estuvo ausente de la provincia- y en la que incluyó Mi nariz, Música lenta, Superlógico, Ringo y Alberto, y Feliz cumpleaños. De este presente profesional y también personal (post escandalosa separación de la actriz Julieta Cardinale), habló Calamaro, que -cruzan los dedos sus fanas locales- en noviembre, volverá a sonar en vivo y en directo en San Juan.

-¿Por qué decidiste editar este resumen amplio de "El Salmón"?

-Ya veíamos venir el aniversario de El Salmón; adictos y discográficos reclamaban alguna reacción, alguna señal que subraye el número redondo, celebrar la supervivencia con un artefacto salmontonero y yo creí entender que El Salmón era un enorme disco desconocido. No es un repertorio difundido ni siquiera distribuido como objeto físico; en su momento fue un álbum de naturaleza marginal y creí que rediseñar la fórmula era lo mejor que podía hacer. No es un álbum para aquellos que memorizaron las 103 del Salmón, y al mismo tiempo sí.

-¿Cómo crees que va a reaccionar la gente ante esta edición?

-Existe una interesante confusión, hay gente que supone que es un disco flamante, lo cierto es que suena contemporáneo e interesante. Los más adictos sentían curiosidad por escuchar el puñado de inéditos; y muchos aficionados pueden volver a reformularse una escuchada que, hace diez años, fue realmente ardua, no era sencillo sentarse a escuchar cinco discos al mismo tiempo. Para mí "Snow" (por "Salmonalipsis Now") es un "Salmón perfecto" y poderoso, todas estas canciones juntas son, probablemente, más impactantes que aquel conjunto interminable de tracks.

-¿Esta pausa en tu proceso compositivo puede preanunciar un año de descanso?

– Creo que estoy dando mis últimas hurras, no voy a desensillar ahora porque no quiero interrumpir el buen momento del quinteto, estamos tocando con alegría y los músicos son más que compañeros para mí. De hecho es probable que grabemos y editemos algo en vivo, pero no me produce malestar pensar en una temporada disfrutando de la vida; dejar que la música venga a mí; aprender del arte, ir al campo, a los toros, al fútbol, al flamenco. Además, la verdad, soy feliz; me encanta vivir.

-¿En los conciertos estás tocando canciones inéditas, nuevas, o mantenés el repertorio de tus CD"s formales?

-Estamos haciendo lo de siempre, cambiamos el repertorio como hacemos todos los años; ensayamos una lista con 15 refrescos de mis distintos discos; después evaluamos las sensaciones en el escenario y la naturaleza de los conciertos.

-¿Cómo ves a la distancia lo que sembró artísticamente tu último disco "AC On The Rock"?

-"On the rock" sufre una interesante metamorfosis durante la grabación, lo que planeamos como un disco que trasladaría el sonido de la sala de ensayo a un disco, una grabación de rock tradicional, se reconvirtió en un catálogo de talentos extraordinarios. La banda trasladó su sonido de rock sofisticado pero la aparición de las estrellas que invitamos llevó el disco a extremos insospechados. El Langui, Jerry González, Enrique Bunbury, Calle 13, Josele y El Cigala, son maestros absolutos del arte y secuestraron estas grabaciones.

– Vos solés decir que el "Olimpo de los Solistas Argentinos" está ocupado por artistas que por mérito propio se ganaron su lugar, pero la gente te incluye a vos también en ese Olimpo.

-Yo quise firmar un repertorio importante, multiplicarme multiplicando canciones. Respetar nos hace respetables y sobrevivir nos compromete, somos testigos y guardianes del fuego eterno de los amigos ausentes. Estoy impactado con el respeto que recibo.

– Fuiste víctima de los paparazzis y de que tu vida privada estuviera en la tapa de las revistas. ¿Pensaste en irte a vivir lejos?

– Pensé que lo único que podía hacer era quedarme callado, no contestar ni mandar cartas documento. Además, no sé para qué pepinos sirven esas cartas; a mí me da mucha vergüenza ese tratamiento y fue una pesadilla sin consecuencias graves. No pensé que podían perderme el respeto así; se supone que calavera no chilla pero entiendo que para ese tipo de farsa hay personajes más a medida. En España me encuentro bastante tranquilo y tengo un status popular y cultural muy valioso.