El primer ministro británico, David Cameron, preparó ayer a sus conciudadanos para una serie de recortes que, según dijo, afectarán sustancialmente a su “modo de vida”, tras anunciar que el déficit público del Reino es “peor de lo estimado”. En un discurso durante una visita a Milton Keynes, a las afueras de Londres, Cameron avisó de que esos recortes, que se centrarán sobre todo en el sector público, serán “inevitablemente duros”, pero que la inacción sería todavía peor. Si no se interviene ahora, insistió, en cinco años los intereses sobre la deuda podrían ascender a 70.000 millones de libras (85.000 millones de euros), más de lo que se invierte actualmente en escuelas, transporte y en atajar el cambio climático.
