Juan Román Riquelme recibió ayer una gran ovación de parte de la hinchada de Boca Juniors, cuando antes del comienzo del partido ante Racing Club hizo su ingreso al campo de juego de la Bombonera. Riquelme, vestido con un jean y una campera azul, y acompañado por uno de sus hijos, ingresó al campo de juego con la camiseta número 10 en una de sus manos, y al llegar al centro de la cancha saludó a los cuatro costados. Posteriormente, el volante ofensivo, quien sonrió en todo momento, besó la camiseta, lo que provocó el delirio de los hinchas de Boca. Después de una larga telenovela, de un desarrollo bastante tormentoso y en la cual por un momento el jugador se vio fuera del club, Riquelme firmó su contrato esta semana, que tiene una extensión de cuatro años y un monto de 5 millones de dólares.
Aunque algunos hinchas que se acercaban a la "Bombonera" daban su opinión y no todos decían que estaban "contentos" que Riquelme siga con la camiseta azul y oro.
Analía, una empleada de comercio, sostuvo: "No estoy contenta que Riquelme siga en Boca, ya que él dijo que no quería jugar más en Boca".
Mientras que Juan, un veterano simpatizante, manifestó que "Riquelme es un ídolo; siempre fue el que menos cobró y se merece que se le pague lo que pide".
Similares conceptos manifestó Alberto, un albañil que trabaja en la zona y que ayer se hizo un rato para ver a su querido Boca. "Estoy recontento con que Riquelme siga jugando en Boca. Es un ídolo y se merecía que le renovaran el contrato", expresó.
La gente iba llegando lentamente, muchos ataviados con vinchas y gorros y otros portando banderas, con los tradicionales "cánticos" alentando a su equipo favorito.
