Los hombres mayores que tienen dificultades para respirar o que pasan menos tiempo durmiendo profundamente podrían tener un riesgo más alto de sufrir unos cambios cerebrales que pueden preceder a la demencia, sugiere un estudio reciente. Los expertos dijeron que esos hallazgos no prueban que los trastornos del sueño, como la apnea del sueño, conduzcan a la demencia. Pero amplían las evidencias de que dormir mal podría tener algo que ver con el declive mental de algunos adultos mayores.

Estudios anteriores han sugerido que las personas con ciertas perturbaciones del sueño podrían enfrentarse a un riesgo más alto de demencia, anotan los investigadores. Pero los motivos aún no están claros.

Los nuevos hallazgos "ayudan a explicar la forma en que las perturbaciones del sueño podrían en realidad contribuir al desarrollo del deterioro cognitivo y la demencia", afirmó la autora líder, la Dra. Rebecca Gelber, del Sistema de Salud de la VA de las Islas del Pacífico, en Honolulu.

En específico, los investigadores hallaron que los hombres mayores que tenían menos oxígeno circulando en la sangre durante el sueño tendían a mostrar más "microinfartos" en el cerebro. Los microinfartos son anomalías minúsculas en el tejido cerebral que pueden preceder a la demencia.

Por otro lado, los hombres que pasaban menos tiempo en el sueño de ondas lentas, que es la etapa profunda y restauradora del sueño, tendían a mostrar más atrofia en el tejido cerebral.