Nuestras aves constituyen de hecho un patrimonio cultural y ecológico el que por medio del Sistema Educativo provincial, al igual que otros ecosistemas, deben ser objeto de aprendizaje en las escuelas para la incorporación de valores en consideración a los temas de enseñanza y formación. Si bien es cierto que la vida se abre paso incluso en las circunstancias más adversas, en las últimas observaciones realizadas hemos de demostrar que las aves que habitan en distintas zonas de la geografía de San Juan se han visto vulneradas por la acción del hombre al incorporarse éste como "residente” de lugares propios y comunes a las especies volátiles. Así mismo la acción de los municipios departamentales, salvo para el caso de reservas de flora y fauna, es casi nula, sin destinarse aportes suficientes para el cuidado o protección de las mismas.

El Día Mundial de las Aves que recuerda el 9 de mayo, reflexiona, por la cantidad de ejemplares que han perdido su hábitat por la acción industrial del hombre que indefectiblemente no ha podido evitar derivando como consecuencia en la extinción de las mismas o desaparición de su propio ambiente natural. Mientras los actos humanos, susceptibles de valoración para la protección de otros seres no sean tema de normativa o sanción como así también de advertencia, las proyecciones de enseñanza-aprendizaje que deben implementarse desde la infancia, serán nulas. Por otra parte la ejecución de políticas gubernamentales son las responsables de valorar nuestro patrimonio ecológico.

Las aves son el enlace necesario dentro de las grandes cadenas y redes que existen en el ecosistema: son portadoras de la polinización y sembradoras por arrastre de huevos de peces en flotación, consumidoras de insectos que consideramos plagas y que ocasionarían perjuicios agrícolas, forestales y evidentemente para las actividades del hombre. En suma, las aves nos permiten incrementar nuestros conocimientos científicos y nuestra comprensión del medio ambiente, son bellas y sugerentes de una fuente para la felicidad y deleite de mucha gente, y útiles para fomentar una conciencia pública en materia de conservación.

Las aves que habitan en San Juan son: ñandú, ñandú petizo cordillerano, perdiz, codorniz, martineta, patos, gansos y gallinetas; garza, flamenco, piuquén, tero, jote, loro y catita; chajá, chuña, ibiña, pitojuan (benteveo), urraca y búho; cóndor, águila, aguilucho, hornero, calandria, cardenal, jilguero, tijereta, golondrina, picaflor y zorzal; paloma (doméstica, torcaza, cuyanita y tortolita), tordos y gorriones.

En los recorridos departamentales por la provincia y durante años nos maravillamos y comprobamos la presencia del churrinche -bolita de fuego- (pyrocephalus rubinus). En distintos parajes sanjuaninos, también la hermosa loica (Sturnella loyca) Pismanta y adyacencias, la pititorra o pájaro trepador sanjuanino, que anda entre arbustos espinosos por toda la región. También hemos avistado la belleza del pájaro carpintero en Caucete y Zonda. Recientemente observamos el sirirí pampa, el carau, la gaviota chica, el rayador y el cuervillo, en las lagunas de Sarmiento, la palomita azulada en Cienaguita, el espavero y choca común en Valle Fértil, en Las Tumanas la viudita chaqueña.

La capacidad de comunicación con los animales, es muy importante para el hombre; se destaca como muy conocida una que data de gran antigüedad, como fue San Francisco de Asís (Italia 1182- 1126), quien además de ser un hombre santo, tenía la rara cualidad de hacerse querer de los animales y además comunicarse con ellos. Así las golondrinas le seguían en bandadas y formaban una cruz por encima de donde él predicaba.

El profesor Jorge Núñez de San Juan, especializado en Ciencias Naturales (Pájaros y flores) expresó: "Vive en armonía con la naturaleza, donde todo está armoniosamente concebido y finalmente orquestado, y nunca estarás solo, pues el canto de los pájaros alegra tus días. Qué más le puedo pedir a Dios después de esta magistral obra”.

(*) Filósofo, pedagogo. Orientador escolar y escritor.