Presos e incomunicados por 48 horas. Esa era ayer la situación de seis policías que cumplían funciones en la comisaría 13ra. de Rivadavia, y que así empezaron a transitar el tramo más complicado de su carrera en la fuerza: la investigación por presuntos apremios ilegales contra un abogado que estuvo en terapia intensiva por la destrucción y la pérdida de 10 centímetros de su intestino causadas -según denunció- por los pisotones que le dio en su abdomen un policía en la celda de esa seccional, cuando estaba esposado con las manos atrás y tirado en el piso.
Fuentes de la investigación aseguraron que entre la última hora del jueves y las 8 de ayer se ejecutó la orden de detención que había librado el jueves el juez Leopoldo Zavalla Pringles (Primer Juzgado de Instrucción). Cinco de los policías se presentaron voluntariamente en la Central de Policía y sólo uno de ellos fue detenido por efectivos de Seguridad Personal en la misma comisaría de Rivadavia, precisaron las fuentes.
Los detenidos son un oficial subinspector, un cabo primero, un cabo y tres agentes. Y fueron distribuidos en grupos de dos en la Central de Policía y en las comisarías Segunda de Concepción y Cuarta de Desamparados, agregaron voceros del caso.
Todo indica que ahora podrían ser indagados por los presuntos delitos de apremios ilegales y lesiones graves, además de otros supuestos ilícitos menores como incumplimiento de los deberes de funcionario público.
El grave problema judicial que atraviesan los policías se originó minutos después de las 2 del pasado domingo 15 de marzo en la rotonda de Libertador y Rastreador Calívar, a metros de la comisaría. Allí el abogado Marcelo Quiroga (38), se encontró con una mujer y la subió a su auto, y dentro de su vehículo empezó a ser atacado por el ex marido de la mujer, dijeron fuentes judiciales.
Quiroga retrucó los golpes a su atacante pero a los minutos intervinieron los policías de la comisaría 13ra. y ambos terminaron en la sede policial, con la diferencia de que Quiroga terminó arrestado por atentado y resistencia a la autoridad porque -según la policía- agredió a los policías en su intención de seguir la pelea con su rival.
Pero esa noche terminaría mal para Quiroga. Según su denuncia, una vez en los calabozos fue esposado manos hacia atrás y entonces sufrió las más grave de las agresiones. En su declaración -dijeron las fuentes- Quiroga asegura que un policía "grandote" le dio varias trompadas y, una vez en el piso, le pisoteó con tal fuerza el abdomen que lo hizo defecarse encima.
Horas después fue internado en gravísimo estado a causa de una infección y debió ser operado para la extirpación de parte de su intestino.
Entre las pruebas que respaldan la acusación del abogado, está el testimonio de otro preso que aseguró haber presenciado cuando lo atacaban en la celda, dijeron las fuentes.
