El secuestro de las historias clínicas de los hospitales públicos Marcial Quiroga y Guillermo Rawson (también del hospital Privado), donde consta la atención y la operación a la que fue sometido para extirparle unos 10 centímetros de su intestino. El informe de un médico forense sobre las lesiones. El testimonio del propio abogado que apunta al menos a un policía "grandote" como quien le dio varias trompadas en el rostro y lo pisoteó en el abdomen mientras estaba en el piso, esposado con las manos hacia atrás en los calabozos de la Comisaría 13ra. de Rivadavia. Y sobre todo el testimonio de otro preso que declaró haber visto cuando un policía propinaba la paliza al letrado en el piso de la celda.

Según fuentes judiciales, todas esas pruebas evaluó el juez de Instrucción Leopoldo Matías Zavalla Pringles (Primer Juzgado de Instrucción), como incriminadoras de una presunta conducta delictiva por parte de 6 policías de la guardia de la comisaría 13ra. el día en que el abogado Marcelo Gerardo Quiroga (38 años) estuvo preso ahí, luego de pelearse con otro hombre en la calle, el pasado domingo 15 de marzo.

Y por eso fue que ayer ordenó meterlos presos, sospechados de cometer presuntos apremios ilegales y lesiones graves, dijeron fuentes judiciales. Anoche, la policía se aprestaba a ejecutar la orden judicial pero daban por descartado que hoy estarán todos tras las rejas.

Todo había comenzado a metros de la comisaría, en la rotonda de Rastreador Calívar y Libertador. En esa zona el letrado se encontró con una mujer en su auto, y dentro de su auto empezó a ser golpeado por el ex marido de la mujer que, al parecer, la había estado siguiendo.

Según las fuentes, Quiroga respondió la agresión pero enseguida intervino la policía y ambos terminaron en la comisaría. Y allí ambos rivales intentaron seguir la pelea, pero entonces el abogado terminó detenido.

Entonces la familia del letrado dijo a este diario que el abogado habló de al menos tres atacantes uniformados, incluido uno que dentro del calabozo lo agarró a trompadas en la cara y lo hizo defecarse luego de patearlo y pisotearle el abdomen.

La detención de los policías servirá, sobre todo, para aclarar quién fue el principal autor de las heridas más graves que sufrió el letrado.