La decisión de la flamante administración del presidente Mauricio Macri va de la mano con otras medidas tomadas en sus tres semanas de gobierno, con las que busca favorecer a un sector fundamental para la economía que se había enfrentado a la gestión anterior por sus amplias regulaciones sobre los mercados.
‘Resulta necesario remover todas aquellas condiciones vigentes que atenten contra la transparencia, sencillez, apertura y razonabilidad del proceso de registro, así como eliminar aquellos requisitos que directa o indirectamente impongan barreras o trabas para la exportación de los productos agrícolas en cuestión‘, señaló el Gobierno en una resolución.
La nueva norma, publicada en el Boletín Oficial, reemplaza los antiguos cupos para los que se requería un permiso oficial por declaraciones juradas de exportación que debían realizarse antes de hacer los embarques.
Se espera que la medida impulse la actividad agropecuaria y, en particular, la siembra de maíz y trigo, cultivos que fueron especialmente castigados por el sistema de cupos, conocidos como ROE (permisos de exportación) implementado en el año 2008 por el gobierno de Cristina Fernández para regular los embarques de cereales.
El sistema era muy criticado por los productores rurales que desde un principio consideraron que afectaba la libre competencia entre los operadores y deprimía los precios. También, argumentaban que los permisos para exportar se otorgaban de forma arbitraria, lo que impedía planificar la actividad agrícola.
La gestión de Fernández restringía las exportaciones de trigo, maíz y carne vacuna con el argumento de que buscaba garantizar el abasto doméstico de alimentos, aunque sus detractores señalan que esta política desalentó la producción, en particular del trigo.
El ministro de Agricultura, Ricardo Buryaile, anunció también en diciembre la eliminación al impuesto que regía sobre la exportación de trigo y maíz, y una baja en la tasa que grava a la soja, el cultivo más importante del país.
