La cultura de consumo de alcohol que se ha instalado en Latinoamérica amenaza con convertirse en un flagelo de salud pública ya que el aumento del ritmo de ingesta contrasta con los esfuerzos de los países para endurecer penas a los conductores ebrios, campañas de prevención y regulaciones a la publicidad de estos productos.
En América latina y el Caribe las personas consumen una media de 8,4 litros de alcohol puro por año, 2,2 litros más que el promedio mundial, según el primer informe sobre alcohol especializado en la región que ha elaborado por la Organización Mundial de la Salud.
De acuerdo con la OMS, en América el uso nocivo de alcohol contribuyó a la muerte de 300.000 personas en 2012.
Los más bebedores
Según los datos de la OMS, los países que más beben en la región son:
Chile: es el que más, con un consumo anual per cápita de 9,6 litros de alcohol puro. Argentina: 9,3 litros per cápita; Venezuela: 8,9 litros de alcohol per cápita. Después de los tres primeros, se encuentran los siguientes:
Paraguay (8,8 litros), Brasil (8,7), Perú (8,1), Panamá (8), Uruguay (7,6), Ecuador (7,2), México (7,2), República Dominicana (6,9), Colombia (6,2), Bolivia (5,9), Costa Rica (5,4), Cuba (5,2), Nicaragua (5), Honduras (4), Guatemala (3,8) y El Salvador (3,2).
En Argentina las autoridades y expertos han advertido sobre las consecuencias de que los jóvenes comiencen a beber a una temprana edad. En el país, el aumento del consumo en los adolescentes se duplicó entre 2001 y 2011, siendo los 13 años la edad media para iniciar la ingesta de bebidas alcohólicas, según la última Encuesta Nacional.
¿Qué lo motiva?
Frente a estos datos, Maristela Monteiro, asesora principal en abuso de sustancias y alcohol de la OMS reflexiona: ‘Nunca hubo una fuerte cultura de consumo en la región, pero el desarrollo económico y nuevos valores importados de la globalización está haciendo que el consumo excesivo y abrupto sea una tendencia‘. Además, menciona factores como el crecimiento de la industria de productos alcohólicos.
‘El alcohol llega a todas partes, se han mejorado las cadenas de distribución, hay más establecimientos y oferta y tampoco es desdeñable la presión que la industria sabe ejercer sobre los gobiernos para que los precios del alcohol estén bajos y no haya regulaciones‘.
Dentro de la industria, la cerveza es la bebida alcohólica más popular, al representar el 55% del total del alcohol consumido. Después licores (como vodka o whisky) con más de un 30% y casi un 12% el vino.
Más de 200 enfermedades
Según la OMS, el consumo de alcohol contribuye con más de 200 enfermedades y lesiones, incluyendo la cirrosis hepática y algunos tipos de cáncer. También hace que las personas sean más susceptibles y menos adherentes al tratamiento de enfermedades infecciosas como el VIH y la tuberculosis. Además, el principal factor de riesgo de muerte en adolescentes.
¿Cómo combatirlo?
La OMS recomienda a los gobiernos medidas como subir los impuestos al alcohol para aumentar el precio de las bebidas, limitar horarios y días de venta, subir la edad legal mínima para consumir, reducir o prohibir su publicidad (70% de países no tienen reglamento sobre ello), etc. También hace hincapié en las leyes de tráfico. Y es que solo cinco países de la región (Brasil, Chile, Colombia, Ecuador y Uruguay) han fijado límite legal recomendado de menos de 0,04 g/dl para la concentración de alcohol en la sangre. En Argentina es de 00,5.
Monteiro explica que ‘el alcohol no afecta sólo a quien bebe. Aumentan los episodios de violencia, los accidentes de tránsito, baja la productividad del país por culpa no sólo de ausencias al trabajo sino por lo que se conoce como ’depresentismo’, es decir, personas que acuden a su puesto de trabajo sin fuerzas‘, etc.
